Atentado yihadista frustrado de Barcelona

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ZULU
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La policía holandesa ha detenido a petición de las autoridades españolas al paquistaní de 26 años Aqueel Ur Rehman Abbassi, sospechoso de pertenecer a un grupo terrorista que preparaba atentados en Barcelona
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3149-SS
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Atentado yihadista frustrado de Barcelona

Mensaje por 3149-SS »

Buenas noches!

He empezado a leer artículos de este polémico francés (Thierry Meyssan) y me preguntaba si alguno de vosotros había leído algo más sobre él y si creeis que lo que dice es cierto... proclamando que es fiel amigo de Hugo Chavez y éste, a la vez, venerándolo y recomendándolo en sus interminables grabaciones monólogas... eso no quiere decir que ponga en duda lo que explica a continuación.. pero qué pensais vosotros?

Copio y pego el artículo literal de su web: http://www.voltairenet.org/article155062.html#nb25

Introducción:

La programada guerra de Pakistán que «los amos del mundo» la están fabricando tendrá que esperar
De cómo los servicios secretos españoles de Zapatero impidieron una nueva ola de atentados de Al Qaeda-CIA en Europa
por Thierry Meyssan*
Una amplia campaña de atentados islamistas que sembraría el terror en Europa estaba prevista entre el 20 y el 28 de enero. Pero fue desarticulada en el último momento por los servicios especiales de Francia (DGSE) y España (CNI), bajo la supervisión de José Luís Rodríguez Zapatero. Pero la OTAN contaba con esos atentados para justificar una intervención militar en Pakistán. Thierry Meyssan revela los entretelones de la fracasada maniobra.



8 de febrero de 2008

____________________________

Europa bajo la amenaza

El 18 de enero de 2008 la prensa europea reportó ampliamente el desmantelamiento de una red terrorista islamista. Por órdenes del emir pakistaní Baitullah Meshud, 6 kamikazes y 5 cómplices se aprestaban a cometer 3 atentados en 48 horas, en Barcelona, contra 2 vagones de la línea 3 del metro, un centro comercial no identificado y la mezquita de Ciutat Vella. Esa operación debía dar comienzo a una nueva ola de atentados en Portugal, Francia, Alemania y en el Reino Unido. Así lo anunció el ministro del Interior español, Alfredo Pérez Rubalcaba, que puso en estado de alerta todas las fuerzas de seguridad de su país [1]. Una serie de atentados cometidos en trenes de la periferia madrileña ya había sacudido España, el 11 de marzo de 2004, dejando 191 muertos y más de 1 800 heridos.

Los arrestos que impidieron la nueva ola de atentados [2] fueron posibles gracias a la información suministrada por un joven que debía sacrificarse durante uno de los atentados y que, luego de lograr escapar a la vigilancia de sus compañeros, se presentó espontáneamente a la policía. Tres cómplices huyeron a Francia, donde todavía están siendo buscados [3]. Medios excepcionales han sido utilizados en la búsqueda de un segundo equipo, que pudiera haber estado encargado de fabricar los explosivos [4].

El jefe del grupo de Cataluña, Maroof Ahmed Mirza, se formó durante 4 años en una madraza (escuela coránica) extremista, en Pakistán. Varios servicios de inteligencia occidentales venían siguiéndolo. Los «servicios» franceses habían observado su llegada a Francia y puesto al tanto a sus homólogos españoles del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) de su instalación en Cataluña. El CNI retomó su pista en Raval, un suburbio pobre de Barcelona, donde se había convertido en imán de la mezquita de la calle Hospital. Como cobertura, se movía con sus hombres en el seno de una pequeña comunidad musulmana no violenta de Barcelona [5]. Todos decían ser miembros del Jamaat Al-Tabligh Wal-Dawa (Congregación para la Propagación y la Prédica), organización surgida en 1927, en la India británica, perteneciente a la corriente teológica deobandi.

El joven fugitivo (que aparece en las actas de la investigación bajo el seudónimo de «F-1» dijo haber sido escogido para morir junto a otros dos compañeros en un atentado que debía tener lugar en Francfort, pero los planes cambiaron en el último momento. Afirmó que debía participar en la operación de Barcelona y que un tal Akeel Abassi lo había reemplazado en Francfort. El juez Ismael Moreno, encargado del caso, interrogó también a los demás detenidos. Se trata en total de 9 pakistaníes y un indio (o quizás 8 pakistaníes, un bengalí y un indio [6]) con perfiles similares a los de los jóvenes acusados de haber cometido los atentados de Londres, que dejaron 52 muertos el 7 de julio de 2005 [7].

La prensa reprodujo ampliamente el siguiente fragmento de las actas.

— Un de los yihadistas, dirigiéndose a F-1: «¿Por qué no terminaste tu formación en Pakistán?»

— F-1 (testigo protegido): «Porque estaba enfermo y tuve que regresar».

— El yihadista: «Le agradas mucho al emir Baitullah Meshud. Le agradas tanto que si hubieses terminado tu preparación, te hubiera convertido en experto en explosivos en vez de kamikaze».

— F-1: «¿Cuál es la diferencia entre un kamikaze y un experto en explosivos? »

— El yihadista: «Hay tres grupos diferentes: los planificadores, los que hacen las bombas y los kamikazes» [8].

En realidad, F-1 parece ser un agente de la DGSE (Dirección General de la Seguridad Exterior, servicio de inteligencia exterior de Francia o sea el espionaje francés, Nota del Traductor.) infiltrado en las redes yihadistas. Al parecer, los militares franceses tuvieron una reunión urgente en Madrid con sus colegas españoles, durante las navidades. Se informó personalmente del peligro al presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, pero la presidencia de Francia sólo habría sido informada en términos vagos, en aras de evitar interferencias [9].
La redada se decidió, al parecer, en función de la plegaria colectiva de los miembros del comando y de su purificación espiritual, indicios de la realización inminente de la acción [10].

Otros 6 individuos, vigilados por el Centro Nacional de Coordinación Antiterrorista español, fueron arrestados el 24 de enero en el aeropuerto británico de Gatwick, mientras que el Center for the Protection of National Infrastructure del contraespionaje británico (MI5) lanzaba una alerte: este equipo de planificadores iba a poner en marcha otro grupo de kamikazes con vistas a la realización de otro atentado, en el túnel bajo el Canal de la Mancha [11].

Todos los servicios europeos de inteligencia fueron puestos en estado de alerta, sobre todo teniendo en cuenta que los hechos coincidían con la gira europea del presidente pakistaní Pervez Musharraf (Bruselas, París, Davos) [12]. Un viaje altamente riesgoso durante el cual el ex jefe de estado mayor, rodeado de un enjambre de spin doctors estadounidenses, tenía la intención de ofrecer una imagen del líder correcto con el se puede hablar. Desgraciadamente, sus reflejos autoritarios volvían a la superficie cada vez que se le preguntaba algo sobre la independencia de los jueces en su país o la posible implicación de su partido político –la PML-Q– en el asesinato de Benazir Bhutto.

Los sucesos de Barcelona se desarrollaban, además, en un contexto plagado de amenazas:

- El 3 de enero, un tal Murabit Muwaded (o sea, «el combatiente por la unidad») envió al foro del sitio islamista al-ekhlaas.net un mensaje en árabe en el que prometía «poner fin a la acción tendiente a concretar las ambiciones del presidente Sarkozy en los países del Magreb» y provocar «un derrumbe de la economía francesa a nivel internacional».

- El 5 de enero, un centro estadounidense encargado de vigilar las comunicaciones de la red de Osama Ben Laden descubrió en Internet amenazas «contra París y contra su alcalde Bertrand Delanoe» tendientes a provocar «la caída de Nicolas Sarkozy».

- El 10 de enero, controladores aéreos portugueses interceptaron un mensaje en onda corta que contenía amenazas terroristas sobre París [13].

- El 21 de enero, el diario francés Le Parisien publicó en primera plana una entrevista de «la viuda negra», una ex dirigente de Al Qaeda, que anunciaba que Francia sería castigada por su sumisión a Estados Unidos [14].

- El 24 de enero, un mensaje enviado al foro del sitio al-ekhlaas.net, firmado esta vez por «Al Qaeda en Gran Bretaña», exigía la retirada de las tropas británicas de Afganistán e Irak y la liberación de los «musulmans cautivos» de la prisión de alta seguridad de Belmarsh. El mensaje designaba como blancos a Gordon Brown y Tony Blair.
Baitullah Meshud

El 5 de febrero, Nigel Inkster, ex director adjunto del servicio secreto exterior británico (MI6) presentaba en Londres el muy esperado informe anual del International Institute for Strategic Studies (IISS) y «confirmó» que Baitullah Meshud había organizado el asesinato de la primera ministra pakistaní Benazir Bhutto, perpetrado en diciembre 2007.
Nigel Inskter designó al jefe neotalibán como el nuevo enemigo público número 1 de Occidente, en lugar de Osama Ben Laden y de Abu Musab Al-Zarkaui [15].

Recuerden ese nombre: Baitullah Meshud. Nuevamente lo encontraremos en las pesadillas mediáticas de los próximos años.

Baitullah Meshud es conocido desde hace tiempo como uno de los señores de la guerra pashtunes que operan en el Waziristán (zona tribal pakistaní, fronteriza con Afganistán). Hace dos años Meshud negoció el cese del fuego local y sus amigos estadounidenses lo presentaron entonces como un «artífice de la paz» [16]. Un cambio de imagen se produjo el 28 de diciembre de 2007 cuando el vocero del ministro pakistaní del Interior declaró: «Tenemos informes de inteligencia que indican que tras el asesinato [de Benazir Bhutto] está el líder de Al Qaeda Baitullah Meshud. Precisamente acabamos de recibir una intercepción de inteligencia que fue grabada esta mañana y en la que Baitullah Meshud felicita a su gente por la realización de ese acto cobarde» [17]. Consagración suprema, el general Michael V. Hayden, director de la CIA, declaraba por su parte: «[el asesinato de la señora Bhutto] fue perpetrado por una red [estructurada] alrededor de Baitullah Meshud. No tenemos razón alguna para dudar de ello» [18].

Hoy por hoy no existe mucha información sobre Mehsud, fuera de la breve biografía que le dedicara el mes pasado la Jamestown Foundation [19]. En dicha biografía no se menciona la etapa proestadounidense de Meshud, pero sí nos dicen que le juró obediencia al mollah Omar, jefe histórico de los talibanes, y que tiene a sus órdenes un ejército de 20,000 hombres, gran parte de ellos provenientes de su propio clan, cuya envergadura era hasta ahora insospechada. También nos dicen que Meshud prohíbe todo tipo de imagen, lo cual explicaría que no existan fotos suyas. Pero sí se le ocurrió la excelente idea de concederle una entrevista, en enero, a Shahid Nadeem, de la Al Jazeera. Gracias a eso «se sabe» que Meshud comenzó su formación en el ejército soviético, antes de unirse a los talibanes [20].

La agencia texana Statfor estableció por su parte un vínculo entre la secta de los sospechosos de Barcelona y casos anteriores de terrorismo [21]. La Jamaat Al-Tabligh Wal-Dawa tendría hoy 70 u 80 millones de miembros, lo cual la convertiría en la principal hermandad musulmana del mundo. Una veintena de sus miembros estarían implicados en los atentados cometidos en Londres en julio de 2005 [22], los proyectos de atentados con explosivo líquido de agosto 2006 [23] y en los atentados frustrados en Glasgow en julio de 2007.
Del otro lado del telón

El caso de Barcelona reviste características excepcionales y uno puede imaginarse que los gobiernos de España y Gran Bretaña expresaron su más caluroso agradecimiento a la Direction générale de la sécurité extérieure (DGSE), el espionaje francés –y especialmente a su audaz agente F-1– por haber frustrado los atentados y haber salvado tantas vidas de inocentes.

Pero no sucedió nada de eso, porque había un segundo nivel de manipulación.

Los lectores más despiertos probablemente encontraron sospechosa la campaña mediática alarmista que antecedió estos proyectos de atentados. Quizás notaron además la confusión entre la corriente wahhabita y la deobandi. Puede ser que esbozara una sonrisa ante las amenazas de la «viuda negra», supuesta ex dirigente de Al Qaeda, sabiendo que dicho grupo –según dicen los propios medios de difusión– niega todo papel político a las mujeres. Y concibió además serias dudas sobre este Meshud que, después de haber alcanzado la categoría de «artífice de la paz», se convierte de la noche a la mañana en «el enemigo público número 1». Y, si vio su entrevista en Al Jazeera, probablemente recordará los siguientes comentarios del periodista:

«Es un hombre muy sencillo. Cuenta con una escolta fuertemente armada, pero no se comporta como un jefe inaccesible. En su pueblo, se siente como en su casa. Contrariamente a ciertos combatientes extranjeros de Al Qaeda, no se esconde». O sea, parece que el hombre no está al tanto de su nuevo papel de villano mundial, al extremo que no teme ser objeto de un ataque de las fuerzas especiales estadounidenses.

Viene entonces el momento en que cae la máscara.

Los 6 terroristas del grupo de planificación que Scotland Yard arrestó el 24 de enero en el aeropuerto de Gatwick fueron sometidos a largos interrogatorios por parte del contraespionaje británico (MI5) en el centro de alta seguridad de Paddington Green. ¡Oh sorpresa! Uno era el hermano menor, otros tres los sobrinos y los dos últimos eran colaboradores directos de Chaudhry Shujaat Hussain, presidente de la Pakistan Muslim League Quaid-i-Azam (PML-Q), el partido político del presidente Pervez Musharraf. Y todos debían sumarse a la comitiva de Pervez Musharraf, cuya visita se esperaba en Londres. Ninguno de los 6 arrestados tenía nada que aclarar sobre su tránsito por Barcelona.

Luego de las verificaciones de rutina, la razón de Estado prevaleció y fueron discretamente expulsados hacia Islamabad (Pakistán) en el primer vuelo disponible mientras que Scotland Yard hablaba de un error (entonces, ¿por qué los expulsaron?) [24].

De no haber sido frustrado el 19 de enero, la cronología del terror hubiese sido la siguiente: durante los 2 primeros días de la gira de Pervez Musharraf por Europa (el 20 y el 21 de enero debía visitar Bruselas y París), el primer grupo hubiera desencadenado 48 horas de carnicería en Barcelona. El 22 de enero, estando aún en París el presidente pakistaní, un segundo grupo habría estado de operaciones en dicha ciudad. Entre el 23 y el 25 de enero, mientras el señor Musharraf chachareaba en el Foro Económico de Davos, habrían explotado bombas en Francfort. Y durante su estancia en Londres (del 26 al 28 de enero), un atentado habría devastado el túnel de la Mancha.

Y Baitullah Meshud, desde Pakistán, habría reclamado la autoría de la campaña de terror, mientras que Pervez Musharraf denunciaría al asesino de Benazir Bhutto en entrevistas a la prensa europea y reclamaría la ayuda de las fuerzas armadas de Estados Unidos. Enviado en secreto a la región, el almirante Mike McConnell, director general de los servicios de inteligencia de Estados Unidos, y el general Michael Heyden, director de la CIA, dirigirían una operación contra Meshud.

Desgraciadamente, este último escaparía de milagro, pero su segundo, el libio Abu Latí al-Libi, sí resultaría muerto, el 31 de enero (este último punto sí se cumplió en la fecha prevista, para rentabilizar el viaje). Ese mismo día, George W. Bush hizo sonar los tambores al pronunciar en Las Vegas un discurso sobre la guerra global contra el terrorismo.
El 1ero de febrero, en París, Nicolas Sarkozy pedía una reacción por parte de Occidente, al recibir al secretario general de la OTAN. En Londres, al día siguiente, Gordon Brown y Dick Cheney respondían a su llamado desde la residencia de Chequers.

El 5 de febrero, el International Institute for Strategic Studies publicaba un informe que venía como anillo al dedo para evaluar la importancia de la amenaza que representaba Meshud. El 7 y el 8 de febrero, los ministros de la OTAN, reunidos en Vilnius (Lituania), decidían prolongar las operaciones de la alianza atlántica en Pakistán.

¿Política ficción? Nada de eso. La agenda de las personalidades ya mencionadas corresponde exactamente con la realidad. Pero recuerden además que en 1978 Zbignew Brzezinski, entonces consejero del presidente de Estados Unidos para las cuestiones de seguridad nacional [25], fue hasta Beirut para reclutar a un joven golden boy, Osama Ben Laden, con vistas a convertirlo en el jefe de la insurrección anticomunista en Afganistán [26]. Recuerden además cómo este último reclutó mercenarios en los medios sunnitas extremistas para hacerle la guerra a los soviéticos; cómo creó a su alrededor un verdadero movimiento, con la ayuda conjunta de estadounidenses, británicos, sauditas y, más tarde, de los pakistaníes.

Recuerden también el papel de los servicios secretos pakistaníes (ISI) en el entrenamiento de los muyahidines, y más tarde de los talibanes, y del personal de Al Qaeda [27]. Recuerden el papel que desempeñó en la organización de los atentados del 11 de septiembre de 2001 el general Mahmoud Ahmad (director del ISI), que incluso se encontraba en Washington el día de los hechos [28].

Agregue a lo anterior que el International Institute for Strategic Studies de Londres fue el único organismo no gubernamental que redactó un informe que acredita el cuento de las armas de destrucción masiva en Irak y que se ha convertido en un maestro en el arte de la intoxicación [29].

Anote también que la Fundación Jamestown, la misma que difunde la mayoría de la información disponible sobre Baitullah Meshud, tiene como director al inoxidable Zbignew Brzezinski, quien es también consejero especial de Barack Obama, el único candidato a la presidencia de Estados Unidos que está llamando a intervenir militarmente en Pakistán.

O sea, que los servicios secretos militares franceses y españoles, y José Luis Rodríguez Zapatero, no sólo impidieron una ola de atentados en Europa. Impidieron también (o por lo menos demoraron) una operación militar en Pakistán, operación a la que son profundamente hostiles.
Thierry Meyssan
Periodista y escritor, presidente de la Red Voltaire con sede en París, Francia. Es el autor de La gran impostura y del Pentagate.
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[1] «L’Espagne en état d’alerte après un coup de filet antiterroriste (España en estado de alerta maximal después de una advertencia telefónica», por Harold Hecke, Associated Press, 19 de enero de 2008.

[2] Las 10 personas arrestadas son: Hafeez Ahmed, Maroof Ahmed Mirza , Mohammad Ayud Elahi Bibi, Imran Cheema, Shaib Iqbal, Mehmooh Khalib , Roshan Jamal Khan, Qadeer Malik, Mohammed Shoaib y Mohamed Tarik.

[3] Tres de los islamistas dispuestos a atentar en Barcelona han huido y su objetivo no era España, ABC, 25 de enero de 2008.

[4] «Sospecha de la presencia en España de un comando proveedor», por Enrique Figuerdo y Eduardo Martín de Pozuello, La Vanguardia, 29 de enero de 2008.

[5] «El jefe del grupo se formó cuatro años en una ’madrasa’ paquistaní», El País, 3 de febrero de 2008.

[6] «Spain terror plot: MEA in dark over arrest of Indians», Times of India, 26 de enero de 2008.

[7] «Los detenidos tienen idéntico perfil que los autores del 7-J», El País diario español, 27 de enero de 2008.

[8] "¿Por qué vamos a atacar en el metro de Barcelona y no en otro lado?", preguntó..., El País, 26 de enero de 2008.

[9] «Islamistas.- El servicio secreto francés convocó de urgencia al CNI en Navidad para informarle del plan terrorista», Europa Press, 2 de febrero de 2008.

[10] «Terrorisme: le kamikaze infiltré changera d’identité en France», por Joana Viusà, L’Indépendant de Perpignan diario francés, 1ero de febrero de 2008.

[11] «Suicide bomb suspects held at Gatwick after tip-off», por David Leppard, The Sunday Times diario inglés, 3 de febrero de 2008.

[12] «Les services européens redoutent des attentats», por Arnaud De La Grange, Le Figaro diario francés, 21 de enero de 2008.

[13] «Un appel terroriste visant la tour Eiffel a été intercepté au Portugal», por Yves Bordenave, Le Monde, 12 de enero de 2008.

[14] «La «veuve noire» d’Al-Qaïda: «La France sera bientôt punie», entrevista realizada por Jean-Marc Ducos, Le Parisien, 21 de enero de 2008.

[15] «Abu Musab al-Zarkaui, el superhéroe del Mal», por Vladimir Alexe, Réseau Voltaire, 05 de agosto de 2005.

[16] «Le chef taliban Meshud, principal ennemi d’Islamabad», por Nadia Blétry y Pir Zubair Shah, Le Temps diario suizo, 7 de febrero de 2008.

[17] Declaración en urdú de Javed Iqbal Cheema en PTV News, 28 de diciembre de 2007.

[18] «CIA Places Blame for Bhutto Assassination; Hayden Cites Al-Qaeda, Pakistani Fighters», por Joby Warrick, The Washington Post diario estadounidense, 18 de enero de 2008.

[19] «Baitullah Meshud– The Taliban’s New Leader in Pakistan», por Imtiaz Ali, Terrorism Focus, Volume 5, Issue 1 (January 8, 2008), Jamestown Foundation .

[20] «Baitullah Meshud, nouveau chef taliban, défie l’armée pakistanaise», por Françoise Chipaux, Le Monde diario francés, del 1ero de febrero de 2008.

[21] «Tablighi Jamaat: An Indirect Line to Terrorism», Statfor, 23 de febrero de 2008.

[22] «Londres vuelve a la «estrategia de la tensión», por Thierry Meyssan, Réseau Voltaire, 13 de julio de 2005.

[23] «Complot terrorista en el Reino Unido: ¿Qué está pasando en realidad?», por Craig Murray; «Londres: terrorismo ficticio, guerra real», por Jurgen Elsasser; «Mientras los ingleses se inquietan ante la alerta terrorista, Tony Blair prosigue sus vacaciones», por Red Voltaire; ««Guerra y Mentira» el control político y militar de nuestras sociedades» por Giulietto Chiesa, Red Voltaire; «Las certezas del ministro francés Nicolas Sarkozy: «Un conjunto de elementos permite pensar que la nebulosa Al Qaeda no está muy alejada de lo que habría podido pasar»» por Red Voltaire; «La mentira sobre los atentados con explosivo líquido» por James Petras, Red Voltaire, 01 de septiembre de 2006.

[24] «España tomó por terroristas a cargos del partido de Musharraf», El País diario español, «El CNI confundió a familiares de un colaborador de Musharraf con islamistas», por Nando García, El Mundo diario español, 6 de febrero de 2008.

[25] «La monstruosa estrategia para destruir Rusia», por Arthur Lepic, Red Voltaire, 12 de diciembre de 2004.

[26] «La Liga Anticomunista Mundial, internacional del crimen», por Thierry Meyssan, Réseau Voltaire, 12 de mayo de 2004.

[27] El tema se explica en detalle en el libro que le dedicara el subdirector de la inteligencia india que se encargó de observarlo durante de años: Fulcrum of Evil: ISI-CIA-Al Qaeda Nexus por Maloy Krihna Dhar, Manas Publication, Delhi, 2006

[28] Ver L’Effroyable imposture 1, por Thierry Meyssan, marzo de 2002, reeditado por Demi-lune en 2007.

[29] «Les experts qui ont donné raison à la CIA», Réseau Voltaire, 4 de febrero de 2004.
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Re: Atentado yihadista frustrado de Barcelona

Mensaje por kilo009 »

Un foro yihadista propone atentar en Barcelona este 24 de Septiembre, día de la Mercè.

Objetivo: Villa Olímpica,
Un foro yihadista propone atentar en Barcelona el 24 de septiembre

Tal como está la cosa en Francia, viendo lo que venden en este tipo de Foros yihadistas sobre la posición española en el exterior (Afganistán o Líbano), y sabiendo de la comunidad yihadista existente en Cataluña, como para no valorarlo...

http://www.lavanguardia.es/politica/not ... mpica.html

Las amenazas surgen tras la detención, en agosto, del gestor de la web donde se propone atentar el día de la Mercè. | "Sobre esa estación se sitúa el mayor parque zoológico de la ciudad, que estará lleno de visitantes ese día", reza el anuncio

149 comentarios ISABEL RAMOS RIOJA | Barcelona | 09/09/2010

Sugerencia: Atentar contra la estación de metro de Vila Olímpica el día 24 de septiembre. ¿Por qué esa estación y ese día? En un foro yihadista en la web, un activista que se hace llamar Amin al Qaeda lo explica: "Sobre esa estación se sitúa el mayor parque zoológico de la ciudad, que estará lleno de visitantes ese día". Lo que no llega a contar es por qué el 24 de septiembre habrá tanta gente. Cualquier barcelonés lo sabe: es la Mercé, fiesta grande en Barcelona.


La idea de poner en marcha un atentado contra Barcelona aparecía anoche en el foro on line del que era responsable Faiçal Erradi, detenido el 27 de agosto pasado en Poblenou de Benitatxell (Alicante) por gestionar los debates de Ansar al Muyahidin (los partidarios de los muyahidines) en la red.

Fuentes de la lucha antiterrorista aseguraban anoche a este diario que mensajes de este tipo –que ven más como deseos que como amenazas reales– se repiten en otras páginas web, que ellos siguen muy de cerca para verificar su peligrosidad.

En cualquier caso, las opiniones vertidas en el foro reflejaban la rabia que la detención de Erradi había provocado, por lo que se renovaron las ya conocidas amenazas contra España.

Después de haber introducido en la red las fotografías de las centrales nucleares españolas como posibles objetivos de un ataque, así como frases lapidarias del tipo "El terrorismo viene a ti, España", Amin al Qaeda planteaba una pregunta a sus compañeros de debate: "¿Qué pensais de la ciudad de Barcelona?" Él mismo se respondía: "Es una ciudad bonita y seductora. Que Dios nos la conceda como un botín fácil para los musulmanes". Según este activista, se trata de un lugar en el que podían tener éxito en los medios de transporte y especialmente en la estación de "Villa Olimpico" (sic).

Amin al Qaeda ofrece detalles en un mapa del metro dónde se encuentra la estación y señala, erróneamente, el hospital más cercano, que sitúa en Bellvitge. Amin Al Qaeda concluye su intervención con este deseo: "Que Dios haga posible a los leones de Al Qaeda que tengan éxito en su ataque".
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Re: Terrorismo islamista en España: informaciones varias

Mensaje por pagano »

Sale la sentencia de casación del TS contra los islamistas que querían atentar contra el metro de Barcelona, con rebaja sustancial de condenas.
Acá está la sentencia
http://estaticos.elmundo.es/documentos/ ... mistas.pdf
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Re: Maduro colombiano

Mensaje por angleblue63 »

"¿Por qué vamos a atacar en el metro de Barcelona y no en otro lado?", preguntó uno de los suicidas a su compañero de martirio, uno de los paquistaníes detenidos en el barrio del Raval por la Guardia Civil. "Porque si atacamos el metro los servicios de urgencia no pueden llegar. Nuestra preferencia son los transportes públicos, especialmente el metro", respondió el último.
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LoboAzul
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Re: Atentado yihadista frustrado de Barcelona

Mensaje por LoboAzul »

El 25 de Mayo de 2014 en el blog paginatransversal.wordpress.com hacen un repaso a las posturas de los gobiernos del PP y PSOE , en cuanto a su política antiterrorista. El articulo , podría ser utilizado en los manuales de desinformación , por su optima elaboración y la forma de encubrir su verdadero mensaje.

Sigue una cronología de operaciones antiterroristas en España durante cinco paginas y es a partir de este momento cuanto lanza su mensaje sobre la Operación Cantata en Barcelona en el apartado :

Los indostánicos entran en escena (periodo de Alfredo Pérez Rubalcaba)

Sin duda , esta siguiendo la inercia de otras noticias que están apareciendo en otros países desacreditando estas operaciones , a la justicia española y a su policía en la operación Cantata contra unos Paquistaníes y otro ciudadano indio.

No sera de extrañar que los próximos días veamos otra ofensiva en medios de comunicación , sobre este tema. Solo me queda por decir que al autor del articulo , Pepe López y al Blog paginatransversal.wordpress.com se les ha visto el plumero , pero al fin y al cabo Pepe esta haciendo y cobrando por su trabajo (imagino).

Debajo dejo el articulo.


Los once de Barcelona. Otro atropello de la fiscalía, la prensa y los tribunales de Injusticia españoles
25 mayo, 2014

por Pepe López – Antecedentes: El gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero llegó al poder tras la conmoción provocada por los atentados en el «Corredor de Henares» el 11 de marzo de 2004, por las contradicciones en las versiones sobre la autoría del atentado entre el gobierno de José María Aznar y -prácticamente- todas las agencias de noticias, cadenas de televisión y periódicos de Occidente (contradicciones que recordaron intensamente las mentiras del «Trío de las Azores» sobre las armas de destrucción masiva de Iraq) y por las movilizaciones antigubernamentales durante la jornada de reflexión atizadas por SMS (es decir, por «teléfonos móviles» que, en pocos días, pasaron de ser un «medio de comunicación» síntoma de «progreso y libertad individual» a un instrumento terrorista, golpista y desestabilizador).
España no sólo sufrió una conmoción, sino una fractura política-social como no se había vivido desde hacía décadas. Los reproches entre el PP y el PSOE, y entre medios de difusión de masas como El País y la SER por un lado, y El Mundo de Pedro Jota Ramírez y la COPE de Federico Jiménez-Losantos por otro, alentaron esa fractura, donde unas tribunas acusaban al PP de haber provocado la represalia de los «islamistas» de Al Caida con la agresión, invasión y ocupación de Iraq, mientras otras tribunas (paradójicamente más islamófobas que las primeras) señalaban al PSOE como beneficiario de una conspiración no impulsada por «islamistas» sino por elementos del CNI, de la Guardia Civil y de la Policía Nacional.
Rodríguez Zapatero empezó a ser acusado de «desertor», «cobarde» y «traidor a Occidente» por retirar las tropas de ocupación española en Iraq y por sumarse al invento de la «Alianza de Civilizaciones», hecho que enfurecía a los supremacistas occidentales más fanáticos, pues para éstos eso significaba la mayor de las aberraciones: poner en pie de igualdad a la Civilización («Única y Verdadera») con la Barbarie. Además, su giro en la política anti-ETA fue interpretado abiertamente como un «pago» o «concesión» por posibles «favores» de la «Izquierda Aberchale» al PSOE. Los abucheos y pitidos en el desfile del 12 de Octubre (que se convertirán en costumbre en sus siete años de gobierno) eran una muestra de cómo las gentes de la derecha española consideraban a Rodríguez Zapatero: un usurpador que había ocupado el puesto del «gobierno legítimo» de España bien a través de una maquinación criminal con los separatistas vascos y catalanes, o bien de forma oportunista aprovechando un atentado de los «islamistas».
Así pues, nosotros entendemos que aquel era un gobierno -y los medios que le apoyaban- un tanto a la defensiva, con cierta «mala conciencia» por haber echado al PP y llegado al poder debido a los atentados del 11 de marzo del 2004, y por aparentar poca firmeza en la «Lucha contra el Terrorismo».
Sí, sí: resultaba paradójico que tribunas abiertamente islamófobas que habían relacionado el islam con el terrorismo, y apoyado la implicación de España en las guerras de agresión, invasión y ocupación impulsadas por EEUU como una obligación civilizatoria y antiterrorista (y solapadamente anti-islámica) por parte de nuestra nación («pionera mundial» en la lucha contra el islam según la ideología de Aznar), negaran coyunturalmente la autoría «islamista» (o la autoría principal) de la matanza del «11 M», al tiempo que otras tribunas de la derecha española acusaban a Zapatero de «ceder ante el terrorismo islámico».
Al igual que sesenta años antes Franco había distinguido entre la guerra de la Alianza Washington-Londres contra el Eje Berlín-Roma (en la que se mantuvo neutral), y la contienda entre los aliados y los japoneses (en la que estaba alineado con los EEUU), el PSOE quiso mostrar, en todo momento, que era neutral ante la III Guerra del Golfo (la Alianza Washington-Londres contra Bagdad), pero que estaba con los EEUU en su «Guerra contra el Terrorismo lnternacional (exclusivamente “Islamista”)» y por ello incrementaba el número de efectivos militares en Afganistán y colaboraba en las operaciones «policiales» internacionales.
Pero de la misma forma que la incultura política y el simplismo bipolar de la España de la «Democracia Orgánica» no entendió bien que Franco fuera aliado de Washington en su guerra contra Toquio mientras se mantenía neutral en la guerra contra Berlín y Roma (pues, según los parámetros «políticos» del personal, «o estás con A en todo, o estás contra A en todo»), la incultura política y el simplismo bipolar de la España de la «Democracia Representativa» (herencia apenas corregida por el régimen actual) tampoco entendía bien que Zapatero fuera aliado de Bush en la ocupación de Afganistán y las operaciones de los servicios secretos y policiales (como en los vuelos de secuestrados a Guantánamo), pero no en su guerra contra la insurgencia iraquí.
Así pues, el gobierno del PSOE demandaba un golpe de efecto que no sólo mostrara, ante sus detractores nacionales e internacionales, su «adhesión inquebrantable» a la primera de las «guerras» de Bush, sino que, como «centinela de Occidente», era mejor y más efectivo por «saber prevenir» que su competidor el Partido Popular, que no había sabido detectar y abortar los atentados del «11-M».
(1) Varios antecedentes magrebíes (periodo de José Antonio Alonso):
- La «Operación Nova»
En octubre de 2004 toda la prensa española (escrita, radiofónica y televisiva, así como la incipiente prensa por internet) fue informando con grandes titulares de las sucesivas detenciones (que llegaron a sumar treinta y dos ciudadanos magrebíes -marroquíes y argelinos-) en diferentes puntos de España, en el marco de una operación nombrada como «Operación Nova» impulsada por el juez Garzón (hubo una «Nova II» impulsada por el juez del Olmo).
No vamos a entrar mucho en detalles. El artículo ya es largo. Además de relacionar a algunos detenidos con implicados en los atentados del «Corredor de Henares», el marroquí Abderrahman Tahiri (alias «Mohamed Achraf») fue señalado como jefe de un «entramado de células terroristas creadas en las cárceles», y fue acusado de querer volar la sede de la Audiencia Nacional. La información que daba la Fiscalía, el Ministerio del Interior y la prensa era que se trataba de células yihadistas peligrosas que «estaban a punto de cometer atentados» y que sólo la feliz intervención policial había impedido la comisión de los mismos.
Durante dos años y medio de proceso llevado por Fernando Grande-Marlaska, éste dictó procesamiento en marzo de 2006 contra todos ellos. Sin embargo no quedó más remedio que liberar a dos porque no había indicio alguno que pudiera esgrimirse como prueba. Por fin empezó el juicio de los treinta por un tribunal de la Audiencia Nacional presidido por Alfonso Guevara, y con el fiscal Pedro Rubira como acusador. Tras tres años en prisión preventiva, Abderrahman Tahiri consiguió organizar un plante común el 15 de octubre de 2007 para llamar la atención del maltrato recibido en prisión denunciado por otro acusado (que luego el juez admitió como probable), justo un día después de intentar romper el bloqueo de la prensa: «No es más que un montaje de los servicios de inteligencia. Aquí sólo se ha hablado de cartas cuando se supone que estamos aquí por un atentado» les gritó. En efecto, las principales pruebas eran tres cartas (dos dirigidas a Abderrahman Tahiri y una dirigida por éste a su presunto lugarteniente Seif Afif Said) que hablaban de la «yihad» y «luchar por Dios». Es significativa la importancia tremenda que le da a estas palabras la judicatura española, hasta el punto que se convierten en pruebas principales de un proceso por terrorismo.
El juicio se prolongó hasta febrero de 2008: de los treinta procesados por el juez Grande-Marlaska, se tuvo que absolver a diez, pero se condenó a veinte activistas. ¿Por preparar esos atentados contra la Audiencia Nacional, contra sedes del Partido Popular o contra una estación? De ninguna manera. Sí, es cierto que la Audiencia Nacional sentenció como probado que Abderrahman Tahiri «estaba obsesionado con volar la Audiencia Nacional mediante un camión bomba con centenares de quilos de explosivos… pero nunca dio los pasos precisos para hacerlo». También consideró como probado que habían tratado de conseguir mil quilos de explosivos (aunque no habían conseguido ni uno). Tahiri fue condenado como «dirigente de una organización terrorista», así como Seif Afif Said, por ser su lugarteniente. Otros dieciséis ciudadanos magrebíes fueron condenados por «pertenencia» a banda terrorista, y dos por «colaboradores».
Pero en octubre de ese mismo año, como tituló el diario La Verdad de Murcia: «El Supremo destroza la “Operación Nova” y absuelve a 14 de los 20 condenados». El subtítulo del diario que tomamos como referencia era: «la más importante operación policial contra el terrorismo islámico (sic) tras el 11-M sólo aportó pruebas contra cinco sospechosos»
El Mundo tituló: «El Supremo absuelve a 14 condenados por la Audiencia Nacional en la “Operación Nova”»
Y de los cinco que siguieron condenados, cuatro siguieron siéndolo por «pertenencia a banda terrorista», pues el quinto sólo era culpable por falsificación de documentos. Y esto lo hacía el Tribunal Supremo aún aceptando como criterio de pertenencia a organización terrorista la «novedosa doctrina» que implantó en julio para confirmar a los condenados por el 11-M. Dieciséis de los condenados por la Audiencia Nacional ni siquiera cumplían los criterios mínimos (que ya son discutibles) para ser considerados miembros de grupo terrorista, por lo que quince fueron absueltos porque no había nada más contra ellos.
Así pues, la flamante «Operación Nova» que desarticuló un «entramado de células yihadistas» se quedó en una sola célula que «adoctrinaba en el yihadismo». El verdadero «entramado» lo había organizado el ministro Alonso en base a un chivatazo del famoso confidente «Cartagena» de la Guardia Civil, el juez Grande-Marlaska, el fiscal Rubira y el tribunal de la Audiencia Nacional presidido por Alfonso Guevara que juzgó malamente (o buenamente según convenía al poder ejecutivo).
Este hecho apenas tuvo reflejo en la mayor parte de la prensa (no olvidemos la «guerra mediática» a propósito del 11-M). Tras su derrota en las elecciones de marzo de 2008, Mariano Rajoy había cerrado la puerta al más ligero cuestionamiento desde sus filas de cualquier proceso y juicio del «terrorismo islamista». El PSOE y los nacionalistas catalanes tampoco lo hicieron. Y como estos tres frentes políticos unánimes -o casi unánimes- son los que dominaban, de forma casi totalitaria, el panorama español, de forma que aquello que no interesa a los tres que se hable, pues no se habla, sanseacabó.
- Las «operaciones novacitas» de acompañamiento.
Tras la flamante operación montada por el gobierno del PSOE y la Audiencia Nacional en octubre de 2004, en diciembre la prensa española informaba de nuevo con grandes alardes de la detención de tres ciudadanos marroquíes en Barcelona. Los Mozos de Escuadra tenían derecho también a la foto en su «Lucha contra el Terrorismo Internacional».
La detenciones fueron realizadas por la noche, rompiendo las puertas, asaltando sus domicilios y sacándolos medio dormidos. Es el método habitual «antiterrorista». ¿Pero porqué no les detienen cuando llegan a sus domicilios? Pues porque estas detenciones se realizan ante las cámaras, para ofrecer más impacto público (lo que obliga a que se realicen al mismo tiempo, pues sólo está asegurado que estén todos los «capturables» por la noche), y para, cómo no, provocar otro impacto psicológico en los detenidos.
Pongamos el ejemplo de cómo dieron la noticia los diarios «serios» más leídos de España (El País y El Mundo):
Titular de El País (22 de diciembre): «Tres detenidos en Barcelona por su presunta vinculación con el terrorismo islamista». Subtitular: «Los supuestos terroristas habían iniciado gestiones para la compra de una partida de explosivos»
Un día después titulaba El País: «La célula islamista detenida en Barcelona intentó comprar casi 400 kilos de explosivo». Y subtitulaba: «El CNI dirigió la investigación con apoyo de servicios secretos extranjeros como la DST marroquí»
Por su parte, éste fue el titular de El Mundo (22 de diciembre): «Los tres detenidos en Barcelona querían conseguir ‘una cantidad importante de explosivos’. Subtitular: «Su objetivo era atentar en España»
Primer párrafo: «”Trataban de conseguir una importante cantidad de explosivos” para cometer atentados en el territorio nacional, según el ministro del interior, José Antonio Alonso»
Fijémonos en el motivo alegado para la detención de tres ciudadanos marroquíes: «intentaron comprar explosivos». No había cartas. Podrán imaginar la base que se consiguió para procesarles.
Once meses más tarde, la prensa volvía a dar cancha ampliamente a la detención de once argelinos (de nuevo el número once) en otras zonas del Levante español (Alicante, Murcia y Granada)
Vamos a poner cómo dio la noticia 20 Minutos días después (29 de noviembre de 2005): «Los islamistas detenidos la semana pasada planeaban “algo gordo” en Navidades en Madrid». Y subtitulaba así: «El juez de la Audiencia Nacional Fernando Andréu ordenó el ingreso en prisión de cuatro de los argelinos detenidos la semana pasada como presuntos integrantes de una célula de financiación de un grupo salafista vinculado a Al Qaeda, mientras que dejó en libertad a los otros siete arrestados. Los terroristas tenían la intención de “hacer algo muy gordo en Madrid” estas Navidades, según se desprende de las conversaciones que les fueron intervenidas».
Pero el primer párrafo de la noticia rezaba que «Según informaron fuentes jurídicas, estas intenciones eran “muy incipientes”, ya que todo indica que aún no habían fijado objetivos».
Es decir, que fueron arrestados por «intenciones muy incipientes», se reconocía que no se había fijado objetivo alguno, y que los únicos que realmente estaban acusados de algo eran cuatro, y lo eran por formar parte de una «célula de financiación» de un grupo vinculado a Al Caida («Al Qaeda» es la transcripción inglesa, que copian como papagayos los periódicos españoles), a través de robo de tarjetas, pasaportes y objetos varios.
Más abajo, la noticia ya reflejaba que la supuesta intención de comprar «goma» manifestada por uno de los detenidos se refería a droga, no a goma-2. Pero se hacía eco de la interceptación de conversaciones donde se hablaba de cómo conseguir «mercurio rojo», sustancia que «puede utilizarse para fabricar las denominadas bombas sucias».
Tampoco había cartas. Y las «intenciones muy incipientes» tampoco pudieron servir de base, ni siquiera para la Audiencia Nacional.
En mayo de 2007, mientras se celebraba el juicio por el 11-M, trece magrebíes residentes en Barcelona, (entre ellos el «Imán de Santa Coloma», como lo denominó la prensa española), fueron detenidos acusados de formar otra célula «integrista». De nuevo la «Generalitat» tenía una foto para sus Mozos de Escuadra.
Ocho de ellos fueron procesados por el famoso Baltasar Garzón.
Los ocho serían absueltos más darde. Tal absolución apenas tuvo eco en la prensa.
(2) Los indostánicos entran en escena (periodo de Alfredo Pérez Rubalcaba):
- Y llegamos a la «Operación Cantata».
A un mes antes de pronunciarse la sentencia de la «Operación Nova», y a dos meses de las elecciones de marzo del 2008, siendo ya encargado de la cartera de interior Alfredo Pérez Rubalcaba, por entonces el ministro más popular del gobierno -y el más atacado por la oposición derechista-, éste anuncia a los cuatro vientos la desarticulación, por parte de guardias civiles -con la ayuda de mozos de escuadra en el marco de la llamada «Operación Cantata»-, de otra célula yihadista, pero esta vez no compuesta por gentes del Magreb (marroquíes y argelinos) sino por gentes del Indostán (paquistanos e indios) y el aborto del plan de éstos para atentar… contra el metro de Barcelona.
Pongamos como ejemplo a dos diarios del norte de España (El Diario Montañés y El Correo).
El Diario Montañés titulaba: «Desmantelada en Barcelona una célula islamista preparada para atentar». Y subtitulaba: «Pérez Rubalcaba destaca que los 14 detenidos no eran simples radicales, sino que se estaban aprovisionando de material explosivo»
Por su parte, El Correo titulaba: «La Guardia Civil desmantela en Barcelona una célula islamista preparada para atentar». Y señalaba en el subtítulo: «La operación permite la detención de 15 presuntos terroristas que buscaban explosivos para fabricar bombas»
Fuesen catorce o quince, en el cuerpo de la noticia de ambos diarios norteños leíamos que «los activistas detenidos tenían en su poder cuatro temporizadores para bombas» y, según el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, «habían comenzado a hacer gestiones para aprovisionarse de material explosivo».
Es decir, si habían comenzado a hacer gestiones para comprar explosivos, es que todavía no estaban preparados para atentar. Luego los titulares exponían una situación falsa, aunque más impactante para el público, por supuesto. Ya sabemos que la prensa se toma muchas «libertades» a la hora de titular las noticias. Los editores se escudan en que luego informan con cierto rigor en el «cuerpo de la noticia», es decir, en la letra pequeña. Pero todos sabemos que gran parte del público no se toma la molestia de leerla.
La detención de estos catorce ciudadanos indostánicos (doce paquistanos y dos indios: quince según El Correo) fue relacionada por la prensa y el CNI con la presencia en Barcelona, semanas antes, de varios «imanes yihadistas» que habían mantenido reuniones donde se hablaba abiertamente de atentar en España en cuanto tuvieran el material necesario. ¿De donde sacaba el CNI esa información de los «imanes yihadistas»? El Correo lo señalaba: «de los espías de Defensa». Éstos («los espías» del CNI) informaron que varios de estos «predicadores transeúntes» se habían desplazado a Portugal, Francia y Gran Bretaña para tratar de conseguir explosivos.
Luego veremos que «los espías de Defensa»… se reducían a uno solo: ¿Quien era? el décimo quinto detenido apuntado por El Correo y no citado por El Diario Montañés.
¿Pero qué relación existía entre las catorce personas detenidas en Barcelona y esos «predicadores transeúntes yihadistas» que, por cierto, no fueron descubiertos jamás? ¿Sólo la de «oyentes»?
Pero más importante es que aquí empezaba a darse una asociación completamente gratuita: ni el CNI ni el Ministerio del Interior se molestaron en especificar que una cosa son los yihadistas y otra los predicadores transeúntes del movimiento «Tablig», del cual eran simpatizantes los detenidos. El hecho es que, tanto para el CNI como la prensa, bastaba el conocimiento de esas reuniones para considerar sospechoso a cualquier indostánico que había asistido a reuniones de los predicadores «tabligues», pues «los espías del CNI» (que al final veremos que se trata de uno solo) afirmaban que tales predicadores hablaron de cometer atentados en España, además que se habían movido por cuatro países para tratar de conseguir explosivos (aunque todavía no los habían conseguido). Por otra parte, el único «explosivo» que habían descubierto los guardias civiles en uno de los domicilios fue restos de triperóxido de triacetona, una cantidad insignificante, una sustancia fácil de elaborar a base de ácido sulfúrico, acetona y agua oxigenada, aunque nada recomentable por su inestabilidad.
Claro que la Guardia Civil y la prensa informaban también que se habían encontrado «cables, baterías y cinta aislante» que, como todo el mundo sabe, se han convertido, como los ordenadores y teléfonos móviles, en objetos que sólo están en manos de gente con intenciones terroristas. Viva la histeria colectiva.
La Guardia Civil detuvo a estas catorce (o quince) personas en cinco registros en domicilios y oratorios sin licencia, y en el allanamiento de la mezquita Taric ben Ziyad, con el apoyo de los Mozos de Escuadra. Por tanto, los máximos responsables políticos fueron Alfredo Pérez Rubalcaba y Joan Saura.
«En la operación se incautaron de ordenadores y teléfonos móviles» (que, como hemos dicho, desde el 11 de marzo de 2004 constituyen, por parte de la prensa y la policía de este «Estado social y democrático de derecho», indicios claros como instrumentos criminales en manos de cualquier musulmán. ¿Tienes un teléfono móvil? Eso es un indicio que eres un terrorista yihadista).
Bien. Pocas semanas después (en febrero) se conoció la sentencia del tribunal de Alfonso Guevara sobre la «Operación Nova». Como ya recordamos, sólo se pudo condenar a veinte personas de origen magrebí por «pertenencia a organización terrorista». Al tribunal de Alfonso Guevara no le quedó más remedio que reconocer que, en la presunta preparación del supuesto atentado anunciado a bombo y platillo por la policía, la fiscalía y la prensa contra la Audiencia Nacional, el dirigente de los terroristas «nunca dio los pasos precisos para hacerlo». Así pues, la preparación de los atentados del «entramado yihadista magrebí» se había desinflado, se habían quedado en meros deseos calenturientos de «unos magrebíes» (como señalamos, en octubre el Supremo iba a desinflar también la misma existencia del «entramado»). El señor Pérez Rubalcaba, don Alfredo, descubría ahora, ante los españoles, la existencia de la preparación de un atentado contra las clases populares de Barcelona orquestado no por salafistas árabo-bereberes, lenguaraces e incapaces, sino por gente más seria (y más exótica) como salafistas indo-arios procedentes de Paquistán y Unión India.
Ya dijimos que, tras la derrota de marzo del 2008, Mariano Rajoy y sus flamantes nuevas lugartenientes -de Cospedal en el partido y Sáenz de Santamaría en el grupo parlamentario- ordenaron a los señores y señoras del PP no cuestionar, en lo más mínimo, actuación policial o judicial alguna sobre el «terrorismo islamista». Ya fuese porque Pedro Jota Ramírez y Jiménez-Losantos resultaban aliados incómodos por su apoyo a Esperanza Aguirre, o bien porque el PP tenía que reservar sus cañones para cuestionar la persecución de la «Trama Gürtel», o bien para no dañar más al régimen del «Bipartidismo imperfecto», el hecho es que incluso el diputado Jaime del Burgo se calló. También ocurría que los medios (como los citados El Mundo y COPE) que habían sostenido la tesis de la conspiración «no islamista» del 11-M estaban siendo muy desacreditados tanto por la prensa «progresista» como por sus competidores derechistas, así como por la prensa de los «Movimientos Nacionales» vasco y catalán. Así pues, esta vez, apenas nadie cuestionó las tesis de Pérez Rubalcaba.
Fue más de año y medio después, en diciembre de 2009, cuando la Audiencia Nacional, emitió sentencia. Iban a ser once los ciudadanos indostánicos condenados.
Pongamos el titular del diario digital «El Confidencial»: «Condenada la célula islamista que planeó atentar contra el metro de Barcelona».
Expongamos enteros los párrafos de la noticia, no tienen desperdicio: «La Audiencia Nacional ha condenado a penas de entre ocho años y medio y catorce años y medio de cárcel a once paquistaníes que formaron una célula islamista para atentar contra el metro de Barcelona. Fueron detenidos en enero de 2008, tras el chivatazo de uno de los miembros del comando.
La Sala, presidida por Javier Gómez Bermúdez, ha considerado que su declaración es suficiente para condenarles por un delito de pertenencia a organización terrorista. En una sentencia, hecha pública este lunes, el tribunal explica que las manifestaciones del testigo son “coincidentes en lo esencial, sin que se observe ninguna contradicción clara que haga dudar de su verosimilitud”»
Es decir, la sentencia se basaba en las manifestaciones de un solo testigo, testimonio que el tribunal presidido por Gómez Bermúdez consideraba suficiente para condenarlos por pertenencia a grupo terrorista. Dicho sea de paso, este párrafo ya contradice en cierta forma el titular: eran condenados por pertenencia a banda terrorista, no por planear un atentado. Pero, como hemos señalado, la prensa se toma muchas «libertades» a la hora de titular las noticias. Los editores se curan en salud diciendo en que más abajo informan con cierto rigor.
Seguimos con el «cuerpo de la noticia» según «El Confidencial»: «La Sala considera probado que los acusados estaban preparándose para llevar a cabo una acción con explosivos contra el metro de Barcelona, “que pudiese provocar muchas víctimas”, siguiendo los postulados del líder talibán Baitullah Mehsud, vinculado a Al Qaeda. Para ello acostumbraban a reunirse en la mezquita Tariq Bin Ziyad de Barcelona donde, dos días antes de las detenciones, el 16 de enero de 2008, se presentó el testigo protegido identificado en el sumario como F-1, que supuestamente pertenecía a la célula hasta que supo que debía inmolarse en el atentado y decidió delatar al grupo a la Policía»
Seguimos viendo que la única prueba era la acusación de este terrorista arrepentido convertido en testigo protegido y, por tanto, anónimo.
«El principal acusado, Mahruf Ahmed Mirza, ha sido condenado a diez años y seis meses de cárcel en calidad de “dirigente” del grupo, aunque la pena más alta ha correspondido a Qadir Malik, a quien se han impuesto ocho años y medio por un delito de integración y seis años más por tenencia de explosivos. Para el resto, el tribunal ha decretado penas de ocho años y medio de cárcel como integrantes de un grupo terrorista. Sin embargo, el tribunal no ha condenado a los acusados de conspiración para atentar, a pesar de la solicitud del fiscal en este sentido, y les ha absuelto del delito de tenencia de explosivos»
«Según la sentencia, Malik, quien durante el juicio negó haber preparado el acto terrorista porque “un animal no caga donde come”, tiró una bolsa de basura, tal y como declaró un testigo agente del CNI en la vista, cuyo contenido venía a “corroborar que se está preparando la confección de artefactos explosivos”. La bolsa, que el acusado arrojó el 17 de enero de 2008, contenía dos paquetes vacíos de pilas, otra caja vacía de 9 pares de guantes de látex, unos alicates, un bote de plástico, 8 conectores de toma de alimentación de ordenador, un reloj, un temporizador, una tarjeta de teléfono y los cables, entre otros. El tribunal relaciona estos restos con la pequeña cantidad de explosivo -18 gramos de nitrocelulosa- hallados posteriormente en la mezquita en la que se reunía el grupo, motivo por el que Malik es el único de los acusados a quien se condena por tenencia de explosivos».
Bien. La noticia sigue con el subtítulo «Absolución del delito de conspiración» que -para quien quiera verlo- anula el propio título de la noticia escogido por los redactores de «El Confidencial»
«La sala afirma que dos de los procesados -Malik y Shaib Iqbal- llegaron a conseguir cierto número de bengalas de uso pirotécnico y a extraer la nitrocelulosa que contenían, y que adquirieron temporizadores y balines de plomo que sirvieran como metralla. Sin embargo, el tribunal acuerda la absolución de los procesados del delito de conspiración para cometer estragos terroristas del que les acusaba el fiscal, al considerar que no se dan los requisitos exigidos para ello, como el de la “decisión definitiva y firme de ejecutar un delito, plasmada en un plan concreto y determinado”»
Como sigue indicando la noticia «En este sentido, la sentencia dice que de los hechos probados “no se desprende un plan suficientemente concreto y determinado, porque el plan alcanzaba una acción con explosivos en el metro de la ciudad de Barcelona, pero en el momento de la detención no disponían más que de una pequeña cantidad de explosivo”. Añade además que “tampoco consta concretado con precisión el día, ni el lugar, sólo la decisión de colocarlo en el metro”. “En consecuencia, no se había avanzado aún lo suficiente la planificación para estimar la existencia del delito de conspiración”, afirma la sala.»
De nuevo teníamos una condena de la Audiencia Nacional simplemente por pertenencia a un grupo yihadista que «se preparaba para acciones terroristas», pero al tiempo se reconoce que «no se dan los requisitos» para considerar que había un plan determinado para cualquier acción terrorista.
«La resolución hace también referencia al testigo protegido conocido como F-1 para rechazar las alegaciones de las defensas de que, en realidad, trabajaba para el servicio de inteligencia francés y su testimonio deberá anularse».
Y ahora la traca final de la sentencia del tribunal de Gómez Bermúdez: «Según la sentencia, “aún en el caso de que fuese miembro de los servicios secretos franceses, no tendría motivos suficientes para mentir en relación a la participación de los acusados en estos hechos, sino todo lo contrario”».
¿No tendría motivos suficientes para mentir? Vaya, vaya.
- Otra operación contra el «terrorismo islamista» en Barcelona.
Durante 2010 ya habían circulado noticias (no destacadas, pero algo se decía) sobre la inconsistencia de las acusaciones contra los ciudadanos indostánicos de Barcelona (aunque uno ya era español pues llevaba varias décadas viviendo en nuestro país). Parece que hasta tres jefes de la investigación llegaron a ser sustituidos por el Ministerio del Interior porque no hallaban más indicios y así lo manifestaron ante la Fiscalía y sus superiores. La sentencia de Gómez Bermúdez fue destacada por la prensa, pero todo se basaba en la palabra de un «terrorista arrepentido» para condenar a los diez paquistanos y al indio, y en una cantidad ridícula de nitrocelulosa para condenar más años a Qadir Malik. Justo un año después, en diciembre de 2010, con Alfredo Pérez Rubalcaba convertido ya en vicepresidente del gobierno y, según todo quisque, «hombre fuerte» del PSOE ante la evidencia de un Zapatero convertido en «cadáver político», se anuncia otra operación contra el «terrorismo islamista», de nuevo en Barcelona.
Así tituló RTVE: «La Policía Nacional ha desarrollado este miércoles por la noche una operación contra el terrorismo islamista en Barcelona». Segundo titular: « La Policía desarticula una célula islamista en Barcelona y Tailandia que falsificaba pasaportes»
Vaya, entonces en eso, y sólo en eso consistía el delito por lo que eran acusados y arrestados. Ni siquiera les acusaban de la «posibilidad de prepararse» para «la presunta comisión de un posible atentado», sino en la falsificación de pasaportes.
Subtitular: «Los documentos eran robados en Barcelona y falsificados en Bangcoc. Luego eran distribuidos entre diversos grupos terroristas de Al Caida»
Claro que la imputación de este último extremo era ridícula. Pues los falsificadores se encargan de robar y falsificar documentos, y luego los venden a quien quiera (y pueda) pagar por esas falsificaciones, sean terroristas de Al Caida, traficantes de drogas o morosos que quieran irse lejos de España. Pero esto servía como simple recordatorio de la «Operación Cantata».
- Otro montaje infame del poder en España a costa de once personas.
Pues hemos llegado a mayo de 2014 y según una investigación internacional de «Journalismfund.eu», ese famoso testigo «F-1» del fiscal González Mota, el «terrorista arrepentido» cuyo relato movió no sólo toda la «Operación Cantata» contra el supuesto complot islamista que iba a atentar contra el metro de Barcelona, sino que constituyó el único fundamento del proceso impulsado por la Fiscalía (que, como todos sabemos en España, se encuentra a las órdenes del gobierno de turno) y, para colmo y demostración del desprecio por las garantías judiciales de la Administración de ¿Justicia? Española, fue la única prueba (y la «prueba suficiente») en que se basó el tribunal de Gómez Bermúdez para condenar a los Once de Barcelona, mintió. Nunca formó parte de una célula terrorista y, por tanto, nunca pudo haberse arrepentido de haber formado parte de ella, ni de su supuesto comando ejecutor ni de la presunta red de financiación para el mismo.
Dos conocidos del testigo «F-1» y varios documentos ya analizados desmontan esa pretendida red. El relato de este testigo falso fue montado a partir de nombres y elementos extraídos de su actividad como traficante de inmigrantes (contratos y permisos de trabajo) en Europa. Este sujeto es uno de los traficantes de inmigrantes más buscados en Paquistan, y, al contrario de lo que declaró ante Gómez Bermúdez (aunque ya leímos que no lo consideraba relevante) sí colaboraba con los servicios secretos franceses.
Su relato puso en alerta a varios países europeos, pues dijo que había mucha gente preparada para cometer atentados en Gran Bretaña, en Portugal, en Francia y en Alemania. En Gran Bretaña se detuvo a seis paquistanos procedentes de Barcelona. Tras 21 horas de interrogatorio se descubrió que los supuestos terroristas eran allegados y partidarios cercanos, nada menos, que de Pervez Musharraf. Fueron puestos en libertad sin cargos, y Londres tuvo que disculparse diplomáticamente ante Islamabad. En Portugal no detuvieron a nadie.
Pero en España la fiscalía prosiguió con la acusación contra diez ciudadanos paquistanos y uno indio. Y la sentencia de la Audiencia Nacional que condenó a los once acusados se basó en la convicción siguiente: «el tribunal llega a la conclusión de aceptar como probado que los hechos se desarrollaron en la forma en que este testigo relata» y lo hizo fundamentándose únicamente en la coincidencia en las diversas declaraciones del testigo, «sin que se observe ninguna contradicción esencial, que haga dudar de su verosimilitud». Es decir, la Audiencia Nacional condenó a los Once de Barcelona única y exclusivamente porque el testigo ofreció en diversas declaraciones un relato sin contradicciones. ¡Manda huevos!
Pero a pesar de las conclusiones de la sentencia, la propia Guardia Civil había abandonado durante la instrucción de González Mota la posibilidad de demostrar cualquier conexión de los detenidos con la supuesta red de financiación de Al Caida.
Durante el juicio, no sólo la identidad sino las circunstancias del testigo se mantuvieron bajo secreto. Sin embargo, sólo dos meses después de su celebración, el fiscal Vicente González Mota reconoció en privado que «no había ningún lazo con Al Caida» y que el testigo era en realidad «un agente encubierto» extranjero, según recoge un cable enviado a Washington por la embajada usaca el 25 de enero de 2010, revelado por Wikileaks.
De los once condenados a partir del testimonio del falso arrepentido, dos siguen aún en prisión. El presunto jefe de la célula terrorista y el último de los detenidos, extraditado desde Holanda. Los otro nueve cumplieron en enero sus seis años de cárcel, y fueron luego deportados a Paquistán y Unión India. Allí reivindican su inocencia en entrevistas y ruedas de prensa. El único de ellos que permanece en nuestro país, gracias a su nacionalidad española, sigue viviendo en Barcelona, su ciudad desde hace cuatro décadas. Mohammed Ayub, de setenta años, recuerda en el piso que uno de sus hijos tiene en el Raval el extraño fin de semana de su detención: «En los calabozos me acordaba del chico que había venido de Francia y pensaba: ‘Pobrecito, por juntarse con nosotros lo han detenido también a él».
Como dijimos, todos los condenados eran seguidores del «Tablig». Ése era su delito.
«F-1», el falso terrorista, señaló a los agentes la pastelería paquistana más antigua del barrio del Raval, propiedad de Mohammed Ayub, como el sitio donde iban a fabricar las bombas contra el metro. La policía registró el local sin hallar nada. Ayub, al igual que el resto de los detenidos, pasó ese fin de semana incomunicado y ni siquiera imaginaba que el «chico» que acababa de llegar de Francia era el embustero que había desencadenado la operación policial. El chico tenía 35 años, vivía en París y aseguró a las autoridades españolas que, aunque se había arrepentido en el último momento, él mismo iba a ser uno de los suicidas encargados de cometer el atentado.
El supuesto terrorista no llegó a estar detenido y apenas cuatro días después obtuvo oficialmente la condición de testigo protegido, que en su caso incluía además la inmunidad.
«¿Hay alguna razón, condición o circunstancia que pudiera dificultarle o impedirle decir la verdad?», le preguntó Gómez Bermúdez. «Todo es cierto», respondió el testigo. Sin embargo, al contrario de lo que él declaró bajo juramento, sí colaboraba con los servicios secretos franceses, como reconoció luego el fiscal González Mota.
En enero de 2008, cuando tuvieron lugar las detenciones en Barcelona, la verdadera actividad criminal de Asim («F-1») –«conseguidor de papeles» a cambio de dinero– era conocida por la comunidad paquistana de los alrededores de París desde hacía al menos tres años. Durante el 2008, familiares de algunas de sus víctimas residentes en París lo buscaban además por estafa: Asim había cogido el dinero pero no había facilitado la entrada en Europa de los inmigrantes que le habían pagado. Meses antes de su aparición estelar en Barcelona, la policía de Rawalpindi había cursado tres denuncias contra él por ofrecer «permisos de trabajo para Italia». En 2009, la FIA (una especie de FBI paquistana) lo incluyó entre los setenta y seis traficantes de seres humanos más buscados de Paquistán. Este hecho estaba perfectamente publicado en su «Libro Rojo» y en su «web oficial». Cuatro meses antes del juicio, había sido declarado oficialmente como fugitivo, «en busca y captura» ¿Acaso todo esto no fue comprobado por la fiscalía y la Guardia Civil? No era nada complicado: bastaba con saber leer inglés. Precisamente su estatuto de testigo protegido otorgado por España facultó, encima, que dicha búsqueda fuera infructuosa. ¿Es que no se molestaron en averiguar su situación en Paquistán? Eso sería muy grave ¿O acaso ocultaron deliberadamente tal situación en el juicio? Eso sería gravísimo. Encima le encubrieron ante la policía de Paquistán que lo buscaba por tráfico de emigrantes.
Los abogados de los once condenados a partir del falso testimonio del testigo protegido han protestado, cómo no, porque esta información tan relevante no estuviera a disposición de la defensa, y señalan directamente a la responsabilidad de la Fiscalía. «Si hubiéramos conocido con qué organizaciones criminales trabajaba de verdad, y que no eran precisamente Al Caida, eso habría minado su credibilidad», explica el abogado Benet Salellas. «No sólo la credibilidad intrínseca de su relato, sino también la extrínseca, porque nos habría servido para ver que lo que él contaba, cuando era comprobable y se comprobaba, era falso», añade.
«Una cosa es ocultar la identidad del testigo, que hasta cierto punto es comprensible, y otra cosa es ocultar las circunstancias del testigo, lo cual no ocurre en ningún país civilizado”, añade el otro abogado, Jacobo Teijelo. «Saber que existe información relevante para la defensa y no comunicarla implica que no se respetó la norma del proceso debido, y eso habría echado abajo todo el procedimiento», añade. El fiscal González Mota, los jueces Gómez Bermúdez, Manuela Fernández de Prado y Javier Martínez Lázaro, y el Ministerio del Interior han declinado comentar estas nuevas informaciones.
Lo dicho: hemos tenido otro montaje infame del poder en España a costa de once personas en particular, a costa de los musulmanes en su conjunto y a costa de toda la población española en general para generar miedo y recelos entre unos y otros. Así operan estos poderes que presumen de «antirracistas» al tiempo que generan miedos y recelos interétnicos. No nos hagamos los tontos: todo esto, además de para sus sucias maniobras de contienda política-mediática, sirve al poder político y mediático para extender la sospecha sobre comunidades enteras. No son los grupos xenófobos los causantes del miedo y el odio al «diferente», sino el propio poder establecido que presume de democrático y defensor de la convivencia en libertad.
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LoboAzul
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Re: Atentado yihadista frustrado de Barcelona

Mensaje por LoboAzul »

El 25 de Mayo de 2014 en el blog paginatransversal.wordpress.com hacen un repaso a las posturas de los gobiernos del PP y PSOE , en cuanto a su política antiterrorista. El articulo , podría ser utilizado en los manuales de desinformación , por su optima elaboración y la forma de encubrir su verdadero mensaje.

Sigue una cronología de operaciones antiterroristas en España durante cinco paginas y es a partir de este momento cuanto lanza su mensaje sobre la Operación Cantata en Barcelona en el apartado :

Los indostánicos entran en escena (periodo de Alfredo Pérez Rubalcaba)

Sin duda , esta siguiendo la inercia de otras noticias que están apareciendo en otros países desacreditando estas operaciones , a la justicia española y a su policía en la operación Cantata contra unos Paquistaníes y otro ciudadano indio.

No sera de extrañar que los próximos días veamos otra ofensiva en medios de comunicación , sobre este tema. Solo me queda por decir que al autor del articulo , Pepe López y al Blog paginatransversal.wordpress.com se les ha visto el plumero , pero al fin y al cabo Pepe esta haciendo y cobrando por su trabajo.

Debajo dejo el articulo.


Los once de Barcelona. Otro atropello de la fiscalía, la prensa y los tribunales de Injusticia españoles
25 mayo, 2014

por Pepe López – Antecedentes: El gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero llegó al poder tras la conmoción provocada por los atentados en el «Corredor de Henares» el 11 de marzo de 2004, por las contradicciones en las versiones sobre la autoría del atentado entre el gobierno de José María Aznar y -prácticamente- todas las agencias de noticias, cadenas de televisión y periódicos de Occidente (contradicciones que recordaron intensamente las mentiras del «Trío de las Azores» sobre las armas de destrucción masiva de Iraq) y por las movilizaciones antigubernamentales durante la jornada de reflexión atizadas por SMS (es decir, por «teléfonos móviles» que, en pocos días, pasaron de ser un «medio de comunicación» síntoma de «progreso y libertad individual» a un instrumento terrorista, golpista y desestabilizador).
España no sólo sufrió una conmoción, sino una fractura política-social como no se había vivido desde hacía décadas. Los reproches entre el PP y el PSOE, y entre medios de difusión de masas como El País y la SER por un lado, y El Mundo de Pedro Jota Ramírez y la COPE de Federico Jiménez-Losantos por otro, alentaron esa fractura, donde unas tribunas acusaban al PP de haber provocado la represalia de los «islamistas» de Al Caida con la agresión, invasión y ocupación de Iraq, mientras otras tribunas (paradójicamente más islamófobas que las primeras) señalaban al PSOE como beneficiario de una conspiración no impulsada por «islamistas» sino por elementos del CNI, de la Guardia Civil y de la Policía Nacional.
Rodríguez Zapatero empezó a ser acusado de «desertor», «cobarde» y «traidor a Occidente» por retirar las tropas de ocupación española en Iraq y por sumarse al invento de la «Alianza de Civilizaciones», hecho que enfurecía a los supremacistas occidentales más fanáticos, pues para éstos eso significaba la mayor de las aberraciones: poner en pie de igualdad a la Civilización («Única y Verdadera») con la Barbarie. Además, su giro en la política anti-ETA fue interpretado abiertamente como un «pago» o «concesión» por posibles «favores» de la «Izquierda Aberchale» al PSOE. Los abucheos y pitidos en el desfile del 12 de Octubre (que se convertirán en costumbre en sus siete años de gobierno) eran una muestra de cómo las gentes de la derecha española consideraban a Rodríguez Zapatero: un usurpador que había ocupado el puesto del «gobierno legítimo» de España bien a través de una maquinación criminal con los separatistas vascos y catalanes, o bien de forma oportunista aprovechando un atentado de los «islamistas».
Así pues, nosotros entendemos que aquel era un gobierno -y los medios que le apoyaban- un tanto a la defensiva, con cierta «mala conciencia» por haber echado al PP y llegado al poder debido a los atentados del 11 de marzo del 2004, y por aparentar poca firmeza en la «Lucha contra el Terrorismo».
Sí, sí: resultaba paradójico que tribunas abiertamente islamófobas que habían relacionado el islam con el terrorismo, y apoyado la implicación de España en las guerras de agresión, invasión y ocupación impulsadas por EEUU como una obligación civilizatoria y antiterrorista (y solapadamente anti-islámica) por parte de nuestra nación («pionera mundial» en la lucha contra el islam según la ideología de Aznar), negaran coyunturalmente la autoría «islamista» (o la autoría principal) de la matanza del «11 M», al tiempo que otras tribunas de la derecha española acusaban a Zapatero de «ceder ante el terrorismo islámico».
Al igual que sesenta años antes Franco había distinguido entre la guerra de la Alianza Washington-Londres contra el Eje Berlín-Roma (en la que se mantuvo neutral), y la contienda entre los aliados y los japoneses (en la que estaba alineado con los EEUU), el PSOE quiso mostrar, en todo momento, que era neutral ante la III Guerra del Golfo (la Alianza Washington-Londres contra Bagdad), pero que estaba con los EEUU en su «Guerra contra el Terrorismo lnternacional (exclusivamente “Islamista”)» y por ello incrementaba el número de efectivos militares en Afganistán y colaboraba en las operaciones «policiales» internacionales.
Pero de la misma forma que la incultura política y el simplismo bipolar de la España de la «Democracia Orgánica» no entendió bien que Franco fuera aliado de Washington en su guerra contra Toquio mientras se mantenía neutral en la guerra contra Berlín y Roma (pues, según los parámetros «políticos» del personal, «o estás con A en todo, o estás contra A en todo»), la incultura política y el simplismo bipolar de la España de la «Democracia Representativa» (herencia apenas corregida por el régimen actual) tampoco entendía bien que Zapatero fuera aliado de Bush en la ocupación de Afganistán y las operaciones de los servicios secretos y policiales (como en los vuelos de secuestrados a Guantánamo), pero no en su guerra contra la insurgencia iraquí.
Así pues, el gobierno del PSOE demandaba un golpe de efecto que no sólo mostrara, ante sus detractores nacionales e internacionales, su «adhesión inquebrantable» a la primera de las «guerras» de Bush, sino que, como «centinela de Occidente», era mejor y más efectivo por «saber prevenir» que su competidor el Partido Popular, que no había sabido detectar y abortar los atentados del «11-M».
(1) Varios antecedentes magrebíes (periodo de José Antonio Alonso):
- La «Operación Nova»
En octubre de 2004 toda la prensa española (escrita, radiofónica y televisiva, así como la incipiente prensa por internet) fue informando con grandes titulares de las sucesivas detenciones (que llegaron a sumar treinta y dos ciudadanos magrebíes -marroquíes y argelinos-) en diferentes puntos de España, en el marco de una operación nombrada como «Operación Nova» impulsada por el juez Garzón (hubo una «Nova II» impulsada por el juez del Olmo).
No vamos a entrar mucho en detalles. El artículo ya es largo. Además de relacionar a algunos detenidos con implicados en los atentados del «Corredor de Henares», el marroquí Abderrahman Tahiri (alias «Mohamed Achraf») fue señalado como jefe de un «entramado de células terroristas creadas en las cárceles», y fue acusado de querer volar la sede de la Audiencia Nacional. La información que daba la Fiscalía, el Ministerio del Interior y la prensa era que se trataba de células yihadistas peligrosas que «estaban a punto de cometer atentados» y que sólo la feliz intervención policial había impedido la comisión de los mismos.
Durante dos años y medio de proceso llevado por Fernando Grande-Marlaska, éste dictó procesamiento en marzo de 2006 contra todos ellos. Sin embargo no quedó más remedio que liberar a dos porque no había indicio alguno que pudiera esgrimirse como prueba. Por fin empezó el juicio de los treinta por un tribunal de la Audiencia Nacional presidido por Alfonso Guevara, y con el fiscal Pedro Rubira como acusador. Tras tres años en prisión preventiva, Abderrahman Tahiri consiguió organizar un plante común el 15 de octubre de 2007 para llamar la atención del maltrato recibido en prisión denunciado por otro acusado (que luego el juez admitió como probable), justo un día después de intentar romper el bloqueo de la prensa: «No es más que un montaje de los servicios de inteligencia. Aquí sólo se ha hablado de cartas cuando se supone que estamos aquí por un atentado» les gritó. En efecto, las principales pruebas eran tres cartas (dos dirigidas a Abderrahman Tahiri y una dirigida por éste a su presunto lugarteniente Seif Afif Said) que hablaban de la «yihad» y «luchar por Dios». Es significativa la importancia tremenda que le da a estas palabras la judicatura española, hasta el punto que se convierten en pruebas principales de un proceso por terrorismo.
El juicio se prolongó hasta febrero de 2008: de los treinta procesados por el juez Grande-Marlaska, se tuvo que absolver a diez, pero se condenó a veinte activistas. ¿Por preparar esos atentados contra la Audiencia Nacional, contra sedes del Partido Popular o contra una estación? De ninguna manera. Sí, es cierto que la Audiencia Nacional sentenció como probado que Abderrahman Tahiri «estaba obsesionado con volar la Audiencia Nacional mediante un camión bomba con centenares de quilos de explosivos… pero nunca dio los pasos precisos para hacerlo». También consideró como probado que habían tratado de conseguir mil quilos de explosivos (aunque no habían conseguido ni uno). Tahiri fue condenado como «dirigente de una organización terrorista», así como Seif Afif Said, por ser su lugarteniente. Otros dieciséis ciudadanos magrebíes fueron condenados por «pertenencia» a banda terrorista, y dos por «colaboradores».
Pero en octubre de ese mismo año, como tituló el diario La Verdad de Murcia: «El Supremo destroza la “Operación Nova” y absuelve a 14 de los 20 condenados». El subtítulo del diario que tomamos como referencia era: «la más importante operación policial contra el terrorismo islámico (sic) tras el 11-M sólo aportó pruebas contra cinco sospechosos»
El Mundo tituló: «El Supremo absuelve a 14 condenados por la Audiencia Nacional en la “Operación Nova”»
Y de los cinco que siguieron condenados, cuatro siguieron siéndolo por «pertenencia a banda terrorista», pues el quinto sólo era culpable por falsificación de documentos. Y esto lo hacía el Tribunal Supremo aún aceptando como criterio de pertenencia a organización terrorista la «novedosa doctrina» que implantó en julio para confirmar a los condenados por el 11-M. Dieciséis de los condenados por la Audiencia Nacional ni siquiera cumplían los criterios mínimos (que ya son discutibles) para ser considerados miembros de grupo terrorista, por lo que quince fueron absueltos porque no había nada más contra ellos.
Así pues, la flamante «Operación Nova» que desarticuló un «entramado de células yihadistas» se quedó en una sola célula que «adoctrinaba en el yihadismo». El verdadero «entramado» lo había organizado el ministro Alonso en base a un chivatazo del famoso confidente «Cartagena» de la Guardia Civil, el juez Grande-Marlaska, el fiscal Rubira y el tribunal de la Audiencia Nacional presidido por Alfonso Guevara que juzgó malamente (o buenamente según convenía al poder ejecutivo).
Este hecho apenas tuvo reflejo en la mayor parte de la prensa (no olvidemos la «guerra mediática» a propósito del 11-M). Tras su derrota en las elecciones de marzo de 2008, Mariano Rajoy había cerrado la puerta al más ligero cuestionamiento desde sus filas de cualquier proceso y juicio del «terrorismo islamista». El PSOE y los nacionalistas catalanes tampoco lo hicieron. Y como estos tres frentes políticos unánimes -o casi unánimes- son los que dominaban, de forma casi totalitaria, el panorama español, de forma que aquello que no interesa a los tres que se hable, pues no se habla, sanseacabó.
- Las «operaciones novacitas» de acompañamiento.
Tras la flamante operación montada por el gobierno del PSOE y la Audiencia Nacional en octubre de 2004, en diciembre la prensa española informaba de nuevo con grandes alardes de la detención de tres ciudadanos marroquíes en Barcelona. Los Mozos de Escuadra tenían derecho también a la foto en su «Lucha contra el Terrorismo Internacional».
La detenciones fueron realizadas por la noche, rompiendo las puertas, asaltando sus domicilios y sacándolos medio dormidos. Es el método habitual «antiterrorista». ¿Pero porqué no les detienen cuando llegan a sus domicilios? Pues porque estas detenciones se realizan ante las cámaras, para ofrecer más impacto público (lo que obliga a que se realicen al mismo tiempo, pues sólo está asegurado que estén todos los «capturables» por la noche), y para, cómo no, provocar otro impacto psicológico en los detenidos.
Pongamos el ejemplo de cómo dieron la noticia los diarios «serios» más leídos de España (El País y El Mundo):
Titular de El País (22 de diciembre): «Tres detenidos en Barcelona por su presunta vinculación con el terrorismo islamista». Subtitular: «Los supuestos terroristas habían iniciado gestiones para la compra de una partida de explosivos»
Un día después titulaba El País: «La célula islamista detenida en Barcelona intentó comprar casi 400 kilos de explosivo». Y subtitulaba: «El CNI dirigió la investigación con apoyo de servicios secretos extranjeros como la DST marroquí»
Por su parte, éste fue el titular de El Mundo (22 de diciembre): «Los tres detenidos en Barcelona querían conseguir ‘una cantidad importante de explosivos’. Subtitular: «Su objetivo era atentar en España»
Primer párrafo: «”Trataban de conseguir una importante cantidad de explosivos” para cometer atentados en el territorio nacional, según el ministro del interior, José Antonio Alonso»
Fijémonos en el motivo alegado para la detención de tres ciudadanos marroquíes: «intentaron comprar explosivos». No había cartas. Podrán imaginar la base que se consiguió para procesarles.
Once meses más tarde, la prensa volvía a dar cancha ampliamente a la detención de once argelinos (de nuevo el número once) en otras zonas del Levante español (Alicante, Murcia y Granada)
Vamos a poner cómo dio la noticia 20 Minutos días después (29 de noviembre de 2005): «Los islamistas detenidos la semana pasada planeaban “algo gordo” en Navidades en Madrid». Y subtitulaba así: «El juez de la Audiencia Nacional Fernando Andréu ordenó el ingreso en prisión de cuatro de los argelinos detenidos la semana pasada como presuntos integrantes de una célula de financiación de un grupo salafista vinculado a Al Qaeda, mientras que dejó en libertad a los otros siete arrestados. Los terroristas tenían la intención de “hacer algo muy gordo en Madrid” estas Navidades, según se desprende de las conversaciones que les fueron intervenidas».
Pero el primer párrafo de la noticia rezaba que «Según informaron fuentes jurídicas, estas intenciones eran “muy incipientes”, ya que todo indica que aún no habían fijado objetivos».
Es decir, que fueron arrestados por «intenciones muy incipientes», se reconocía que no se había fijado objetivo alguno, y que los únicos que realmente estaban acusados de algo eran cuatro, y lo eran por formar parte de una «célula de financiación» de un grupo vinculado a Al Caida («Al Qaeda» es la transcripción inglesa, que copian como papagayos los periódicos españoles), a través de robo de tarjetas, pasaportes y objetos varios.
Más abajo, la noticia ya reflejaba que la supuesta intención de comprar «goma» manifestada por uno de los detenidos se refería a droga, no a goma-2. Pero se hacía eco de la interceptación de conversaciones donde se hablaba de cómo conseguir «mercurio rojo», sustancia que «puede utilizarse para fabricar las denominadas bombas sucias».
Tampoco había cartas. Y las «intenciones muy incipientes» tampoco pudieron servir de base, ni siquiera para la Audiencia Nacional.
En mayo de 2007, mientras se celebraba el juicio por el 11-M, trece magrebíes residentes en Barcelona, (entre ellos el «Imán de Santa Coloma», como lo denominó la prensa española), fueron detenidos acusados de formar otra célula «integrista». De nuevo la «Generalitat» tenía una foto para sus Mozos de Escuadra.
Ocho de ellos fueron procesados por el famoso Baltasar Garzón.
Los ocho serían absueltos más darde. Tal absolución apenas tuvo eco en la prensa.
(2) Los indostánicos entran en escena (periodo de Alfredo Pérez Rubalcaba):
- Y llegamos a la «Operación Cantata».
A un mes antes de pronunciarse la sentencia de la «Operación Nova», y a dos meses de las elecciones de marzo del 2008, siendo ya encargado de la cartera de interior Alfredo Pérez Rubalcaba, por entonces el ministro más popular del gobierno -y el más atacado por la oposición derechista-, éste anuncia a los cuatro vientos la desarticulación, por parte de guardias civiles -con la ayuda de mozos de escuadra en el marco de la llamada «Operación Cantata»-, de otra célula yihadista, pero esta vez no compuesta por gentes del Magreb (marroquíes y argelinos) sino por gentes del Indostán (paquistanos e indios) y el aborto del plan de éstos para atentar… contra el metro de Barcelona.
Pongamos como ejemplo a dos diarios del norte de España (El Diario Montañés y El Correo).
El Diario Montañés titulaba: «Desmantelada en Barcelona una célula islamista preparada para atentar». Y subtitulaba: «Pérez Rubalcaba destaca que los 14 detenidos no eran simples radicales, sino que se estaban aprovisionando de material explosivo»
Por su parte, El Correo titulaba: «La Guardia Civil desmantela en Barcelona una célula islamista preparada para atentar». Y señalaba en el subtítulo: «La operación permite la detención de 15 presuntos terroristas que buscaban explosivos para fabricar bombas»
Fuesen catorce o quince, en el cuerpo de la noticia de ambos diarios norteños leíamos que «los activistas detenidos tenían en su poder cuatro temporizadores para bombas» y, según el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, «habían comenzado a hacer gestiones para aprovisionarse de material explosivo».
Es decir, si habían comenzado a hacer gestiones para comprar explosivos, es que todavía no estaban preparados para atentar. Luego los titulares exponían una situación falsa, aunque más impactante para el público, por supuesto. Ya sabemos que la prensa se toma muchas «libertades» a la hora de titular las noticias. Los editores se escudan en que luego informan con cierto rigor en el «cuerpo de la noticia», es decir, en la letra pequeña. Pero todos sabemos que gran parte del público no se toma la molestia de leerla.
La detención de estos catorce ciudadanos indostánicos (doce paquistanos y dos indios: quince según El Correo) fue relacionada por la prensa y el CNI con la presencia en Barcelona, semanas antes, de varios «imanes yihadistas» que habían mantenido reuniones donde se hablaba abiertamente de atentar en España en cuanto tuvieran el material necesario. ¿De donde sacaba el CNI esa información de los «imanes yihadistas»? El Correo lo señalaba: «de los espías de Defensa». Éstos («los espías» del CNI) informaron que varios de estos «predicadores transeúntes» se habían desplazado a Portugal, Francia y Gran Bretaña para tratar de conseguir explosivos.
Luego veremos que «los espías de Defensa»… se reducían a uno solo: ¿Quien era? el décimo quinto detenido apuntado por El Correo y no citado por El Diario Montañés.
¿Pero qué relación existía entre las catorce personas detenidas en Barcelona y esos «predicadores transeúntes yihadistas» que, por cierto, no fueron descubiertos jamás? ¿Sólo la de «oyentes»?
Pero más importante es que aquí empezaba a darse una asociación completamente gratuita: ni el CNI ni el Ministerio del Interior se molestaron en especificar que una cosa son los yihadistas y otra los predicadores transeúntes del movimiento «Tablig», del cual eran simpatizantes los detenidos. El hecho es que, tanto para el CNI como la prensa, bastaba el conocimiento de esas reuniones para considerar sospechoso a cualquier indostánico que había asistido a reuniones de los predicadores «tabligues», pues «los espías del CNI» (que al final veremos que se trata de uno solo) afirmaban que tales predicadores hablaron de cometer atentados en España, además que se habían movido por cuatro países para tratar de conseguir explosivos (aunque todavía no los habían conseguido). Por otra parte, el único «explosivo» que habían descubierto los guardias civiles en uno de los domicilios fue restos de triperóxido de triacetona, una cantidad insignificante, una sustancia fácil de elaborar a base de ácido sulfúrico, acetona y agua oxigenada, aunque nada recomentable por su inestabilidad.
Claro que la Guardia Civil y la prensa informaban también que se habían encontrado «cables, baterías y cinta aislante» que, como todo el mundo sabe, se han convertido, como los ordenadores y teléfonos móviles, en objetos que sólo están en manos de gente con intenciones terroristas. Viva la histeria colectiva.
La Guardia Civil detuvo a estas catorce (o quince) personas en cinco registros en domicilios y oratorios sin licencia, y en el allanamiento de la mezquita Taric ben Ziyad, con el apoyo de los Mozos de Escuadra. Por tanto, los máximos responsables políticos fueron Alfredo Pérez Rubalcaba y Joan Saura.
«En la operación se incautaron de ordenadores y teléfonos móviles» (que, como hemos dicho, desde el 11 de marzo de 2004 constituyen, por parte de la prensa y la policía de este «Estado social y democrático de derecho», indicios claros como instrumentos criminales en manos de cualquier musulmán. ¿Tienes un teléfono móvil? Eso es un indicio que eres un terrorista yihadista).
Bien. Pocas semanas después (en febrero) se conoció la sentencia del tribunal de Alfonso Guevara sobre la «Operación Nova». Como ya recordamos, sólo se pudo condenar a veinte personas de origen magrebí por «pertenencia a organización terrorista». Al tribunal de Alfonso Guevara no le quedó más remedio que reconocer que, en la presunta preparación del supuesto atentado anunciado a bombo y platillo por la policía, la fiscalía y la prensa contra la Audiencia Nacional, el dirigente de los terroristas «nunca dio los pasos precisos para hacerlo». Así pues, la preparación de los atentados del «entramado yihadista magrebí» se había desinflado, se habían quedado en meros deseos calenturientos de «unos magrebíes» (como señalamos, en octubre el Supremo iba a desinflar también la misma existencia del «entramado»). El señor Pérez Rubalcaba, don Alfredo, descubría ahora, ante los españoles, la existencia de la preparación de un atentado contra las clases populares de Barcelona orquestado no por salafistas árabo-bereberes, lenguaraces e incapaces, sino por gente más seria (y más exótica) como salafistas indo-arios procedentes de Paquistán y Unión India.
Ya dijimos que, tras la derrota de marzo del 2008, Mariano Rajoy y sus flamantes nuevas lugartenientes -de Cospedal en el partido y Sáenz de Santamaría en el grupo parlamentario- ordenaron a los señores y señoras del PP no cuestionar, en lo más mínimo, actuación policial o judicial alguna sobre el «terrorismo islamista». Ya fuese porque Pedro Jota Ramírez y Jiménez-Losantos resultaban aliados incómodos por su apoyo a Esperanza Aguirre, o bien porque el PP tenía que reservar sus cañones para cuestionar la persecución de la «Trama Gürtel», o bien para no dañar más al régimen del «Bipartidismo imperfecto», el hecho es que incluso el diputado Jaime del Burgo se calló. También ocurría que los medios (como los citados El Mundo y COPE) que habían sostenido la tesis de la conspiración «no islamista» del 11-M estaban siendo muy desacreditados tanto por la prensa «progresista» como por sus competidores derechistas, así como por la prensa de los «Movimientos Nacionales» vasco y catalán. Así pues, esta vez, apenas nadie cuestionó las tesis de Pérez Rubalcaba.
Fue más de año y medio después, en diciembre de 2009, cuando la Audiencia Nacional, emitió sentencia. Iban a ser once los ciudadanos indostánicos condenados.
Pongamos el titular del diario digital «El Confidencial»: «Condenada la célula islamista que planeó atentar contra el metro de Barcelona».
Expongamos enteros los párrafos de la noticia, no tienen desperdicio: «La Audiencia Nacional ha condenado a penas de entre ocho años y medio y catorce años y medio de cárcel a once paquistaníes que formaron una célula islamista para atentar contra el metro de Barcelona. Fueron detenidos en enero de 2008, tras el chivatazo de uno de los miembros del comando.
La Sala, presidida por Javier Gómez Bermúdez, ha considerado que su declaración es suficiente para condenarles por un delito de pertenencia a organización terrorista. En una sentencia, hecha pública este lunes, el tribunal explica que las manifestaciones del testigo son “coincidentes en lo esencial, sin que se observe ninguna contradicción clara que haga dudar de su verosimilitud”»
Es decir, la sentencia se basaba en las manifestaciones de un solo testigo, testimonio que el tribunal presidido por Gómez Bermúdez consideraba suficiente para condenarlos por pertenencia a grupo terrorista. Dicho sea de paso, este párrafo ya contradice en cierta forma el titular: eran condenados por pertenencia a banda terrorista, no por planear un atentado. Pero, como hemos señalado, la prensa se toma muchas «libertades» a la hora de titular las noticias. Los editores se curan en salud diciendo en que más abajo informan con cierto rigor.
Seguimos con el «cuerpo de la noticia» según «El Confidencial»: «La Sala considera probado que los acusados estaban preparándose para llevar a cabo una acción con explosivos contra el metro de Barcelona, “que pudiese provocar muchas víctimas”, siguiendo los postulados del líder talibán Baitullah Mehsud, vinculado a Al Qaeda. Para ello acostumbraban a reunirse en la mezquita Tariq Bin Ziyad de Barcelona donde, dos días antes de las detenciones, el 16 de enero de 2008, se presentó el testigo protegido identificado en el sumario como F-1, que supuestamente pertenecía a la célula hasta que supo que debía inmolarse en el atentado y decidió delatar al grupo a la Policía»
Seguimos viendo que la única prueba era la acusación de este terrorista arrepentido convertido en testigo protegido y, por tanto, anónimo.
«El principal acusado, Mahruf Ahmed Mirza, ha sido condenado a diez años y seis meses de cárcel en calidad de “dirigente” del grupo, aunque la pena más alta ha correspondido a Qadir Malik, a quien se han impuesto ocho años y medio por un delito de integración y seis años más por tenencia de explosivos. Para el resto, el tribunal ha decretado penas de ocho años y medio de cárcel como integrantes de un grupo terrorista. Sin embargo, el tribunal no ha condenado a los acusados de conspiración para atentar, a pesar de la solicitud del fiscal en este sentido, y les ha absuelto del delito de tenencia de explosivos»
«Según la sentencia, Malik, quien durante el juicio negó haber preparado el acto terrorista porque “un animal no caga donde come”, tiró una bolsa de basura, tal y como declaró un testigo agente del CNI en la vista, cuyo contenido venía a “corroborar que se está preparando la confección de artefactos explosivos”. La bolsa, que el acusado arrojó el 17 de enero de 2008, contenía dos paquetes vacíos de pilas, otra caja vacía de 9 pares de guantes de látex, unos alicates, un bote de plástico, 8 conectores de toma de alimentación de ordenador, un reloj, un temporizador, una tarjeta de teléfono y los cables, entre otros. El tribunal relaciona estos restos con la pequeña cantidad de explosivo -18 gramos de nitrocelulosa- hallados posteriormente en la mezquita en la que se reunía el grupo, motivo por el que Malik es el único de los acusados a quien se condena por tenencia de explosivos».
Bien. La noticia sigue con el subtítulo «Absolución del delito de conspiración» que -para quien quiera verlo- anula el propio título de la noticia escogido por los redactores de «El Confidencial»
«La sala afirma que dos de los procesados -Malik y Shaib Iqbal- llegaron a conseguir cierto número de bengalas de uso pirotécnico y a extraer la nitrocelulosa que contenían, y que adquirieron temporizadores y balines de plomo que sirvieran como metralla. Sin embargo, el tribunal acuerda la absolución de los procesados del delito de conspiración para cometer estragos terroristas del que les acusaba el fiscal, al considerar que no se dan los requisitos exigidos para ello, como el de la “decisión definitiva y firme de ejecutar un delito, plasmada en un plan concreto y determinado”»
Como sigue indicando la noticia «En este sentido, la sentencia dice que de los hechos probados “no se desprende un plan suficientemente concreto y determinado, porque el plan alcanzaba una acción con explosivos en el metro de la ciudad de Barcelona, pero en el momento de la detención no disponían más que de una pequeña cantidad de explosivo”. Añade además que “tampoco consta concretado con precisión el día, ni el lugar, sólo la decisión de colocarlo en el metro”. “En consecuencia, no se había avanzado aún lo suficiente la planificación para estimar la existencia del delito de conspiración”, afirma la sala.»
De nuevo teníamos una condena de la Audiencia Nacional simplemente por pertenencia a un grupo yihadista que «se preparaba para acciones terroristas», pero al tiempo se reconoce que «no se dan los requisitos» para considerar que había un plan determinado para cualquier acción terrorista.
«La resolución hace también referencia al testigo protegido conocido como F-1 para rechazar las alegaciones de las defensas de que, en realidad, trabajaba para el servicio de inteligencia francés y su testimonio deberá anularse».
Y ahora la traca final de la sentencia del tribunal de Gómez Bermúdez: «Según la sentencia, “aún en el caso de que fuese miembro de los servicios secretos franceses, no tendría motivos suficientes para mentir en relación a la participación de los acusados en estos hechos, sino todo lo contrario”».
¿No tendría motivos suficientes para mentir? Vaya, vaya.
- Otra operación contra el «terrorismo islamista» en Barcelona.
Durante 2010 ya habían circulado noticias (no destacadas, pero algo se decía) sobre la inconsistencia de las acusaciones contra los ciudadanos indostánicos de Barcelona (aunque uno ya era español pues llevaba varias décadas viviendo en nuestro país). Parece que hasta tres jefes de la investigación llegaron a ser sustituidos por el Ministerio del Interior porque no hallaban más indicios y así lo manifestaron ante la Fiscalía y sus superiores. La sentencia de Gómez Bermúdez fue destacada por la prensa, pero todo se basaba en la palabra de un «terrorista arrepentido» para condenar a los diez paquistanos y al indio, y en una cantidad ridícula de nitrocelulosa para condenar más años a Qadir Malik. Justo un año después, en diciembre de 2010, con Alfredo Pérez Rubalcaba convertido ya en vicepresidente del gobierno y, según todo quisque, «hombre fuerte» del PSOE ante la evidencia de un Zapatero convertido en «cadáver político», se anuncia otra operación contra el «terrorismo islamista», de nuevo en Barcelona.
Así tituló RTVE: «La Policía Nacional ha desarrollado este miércoles por la noche una operación contra el terrorismo islamista en Barcelona». Segundo titular: « La Policía desarticula una célula islamista en Barcelona y Tailandia que falsificaba pasaportes»
Vaya, entonces en eso, y sólo en eso consistía el delito por lo que eran acusados y arrestados. Ni siquiera les acusaban de la «posibilidad de prepararse» para «la presunta comisión de un posible atentado», sino en la falsificación de pasaportes.
Subtitular: «Los documentos eran robados en Barcelona y falsificados en Bangcoc. Luego eran distribuidos entre diversos grupos terroristas de Al Caida»
Claro que la imputación de este último extremo era ridícula. Pues los falsificadores se encargan de robar y falsificar documentos, y luego los venden a quien quiera (y pueda) pagar por esas falsificaciones, sean terroristas de Al Caida, traficantes de drogas o morosos que quieran irse lejos de España. Pero esto servía como simple recordatorio de la «Operación Cantata».
- Otro montaje infame del poder en España a costa de once personas.
Pues hemos llegado a mayo de 2014 y según una investigación internacional de «Journalismfund.eu», ese famoso testigo «F-1» del fiscal González Mota, el «terrorista arrepentido» cuyo relato movió no sólo toda la «Operación Cantata» contra el supuesto complot islamista que iba a atentar contra el metro de Barcelona, sino que constituyó el único fundamento del proceso impulsado por la Fiscalía (que, como todos sabemos en España, se encuentra a las órdenes del gobierno de turno) y, para colmo y demostración del desprecio por las garantías judiciales de la Administración de ¿Justicia? Española, fue la única prueba (y la «prueba suficiente») en que se basó el tribunal de Gómez Bermúdez para condenar a los Once de Barcelona, mintió. Nunca formó parte de una célula terrorista y, por tanto, nunca pudo haberse arrepentido de haber formado parte de ella, ni de su supuesto comando ejecutor ni de la presunta red de financiación para el mismo.
Dos conocidos del testigo «F-1» y varios documentos ya analizados desmontan esa pretendida red. El relato de este testigo falso fue montado a partir de nombres y elementos extraídos de su actividad como traficante de inmigrantes (contratos y permisos de trabajo) en Europa. Este sujeto es uno de los traficantes de inmigrantes más buscados en Paquistan, y, al contrario de lo que declaró ante Gómez Bermúdez (aunque ya leímos que no lo consideraba relevante) sí colaboraba con los servicios secretos franceses.
Su relato puso en alerta a varios países europeos, pues dijo que había mucha gente preparada para cometer atentados en Gran Bretaña, en Portugal, en Francia y en Alemania. En Gran Bretaña se detuvo a seis paquistanos procedentes de Barcelona. Tras 21 horas de interrogatorio se descubrió que los supuestos terroristas eran allegados y partidarios cercanos, nada menos, que de Pervez Musharraf. Fueron puestos en libertad sin cargos, y Londres tuvo que disculparse diplomáticamente ante Islamabad. En Portugal no detuvieron a nadie.
Pero en España la fiscalía prosiguió con la acusación contra diez ciudadanos paquistanos y uno indio. Y la sentencia de la Audiencia Nacional que condenó a los once acusados se basó en la convicción siguiente: «el tribunal llega a la conclusión de aceptar como probado que los hechos se desarrollaron en la forma en que este testigo relata» y lo hizo fundamentándose únicamente en la coincidencia en las diversas declaraciones del testigo, «sin que se observe ninguna contradicción esencial, que haga dudar de su verosimilitud». Es decir, la Audiencia Nacional condenó a los Once de Barcelona única y exclusivamente porque el testigo ofreció en diversas declaraciones un relato sin contradicciones. ¡Manda huevos!
Pero a pesar de las conclusiones de la sentencia, la propia Guardia Civil había abandonado durante la instrucción de González Mota la posibilidad de demostrar cualquier conexión de los detenidos con la supuesta red de financiación de Al Caida.
Durante el juicio, no sólo la identidad sino las circunstancias del testigo se mantuvieron bajo secreto. Sin embargo, sólo dos meses después de su celebración, el fiscal Vicente González Mota reconoció en privado que «no había ningún lazo con Al Caida» y que el testigo era en realidad «un agente encubierto» extranjero, según recoge un cable enviado a Washington por la embajada usaca el 25 de enero de 2010, revelado por Wikileaks.
De los once condenados a partir del testimonio del falso arrepentido, dos siguen aún en prisión. El presunto jefe de la célula terrorista y el último de los detenidos, extraditado desde Holanda. Los otro nueve cumplieron en enero sus seis años de cárcel, y fueron luego deportados a Paquistán y Unión India. Allí reivindican su inocencia en entrevistas y ruedas de prensa. El único de ellos que permanece en nuestro país, gracias a su nacionalidad española, sigue viviendo en Barcelona, su ciudad desde hace cuatro décadas. Mohammed Ayub, de setenta años, recuerda en el piso que uno de sus hijos tiene en el Raval el extraño fin de semana de su detención: «En los calabozos me acordaba del chico que había venido de Francia y pensaba: ‘Pobrecito, por juntarse con nosotros lo han detenido también a él».
Como dijimos, todos los condenados eran seguidores del «Tablig». Ése era su delito.
«F-1», el falso terrorista, señaló a los agentes la pastelería paquistana más antigua del barrio del Raval, propiedad de Mohammed Ayub, como el sitio donde iban a fabricar las bombas contra el metro. La policía registró el local sin hallar nada. Ayub, al igual que el resto de los detenidos, pasó ese fin de semana incomunicado y ni siquiera imaginaba que el «chico» que acababa de llegar de Francia era el embustero que había desencadenado la operación policial. El chico tenía 35 años, vivía en París y aseguró a las autoridades españolas que, aunque se había arrepentido en el último momento, él mismo iba a ser uno de los suicidas encargados de cometer el atentado.
El supuesto terrorista no llegó a estar detenido y apenas cuatro días después obtuvo oficialmente la condición de testigo protegido, que en su caso incluía además la inmunidad.
«¿Hay alguna razón, condición o circunstancia que pudiera dificultarle o impedirle decir la verdad?», le preguntó Gómez Bermúdez. «Todo es cierto», respondió el testigo. Sin embargo, al contrario de lo que él declaró bajo juramento, sí colaboraba con los servicios secretos franceses, como reconoció luego el fiscal González Mota.
En enero de 2008, cuando tuvieron lugar las detenciones en Barcelona, la verdadera actividad criminal de Asim («F-1») –«conseguidor de papeles» a cambio de dinero– era conocida por la comunidad paquistana de los alrededores de París desde hacía al menos tres años. Durante el 2008, familiares de algunas de sus víctimas residentes en París lo buscaban además por estafa: Asim había cogido el dinero pero no había facilitado la entrada en Europa de los inmigrantes que le habían pagado. Meses antes de su aparición estelar en Barcelona, la policía de Rawalpindi había cursado tres denuncias contra él por ofrecer «permisos de trabajo para Italia». En 2009, la FIA (una especie de FBI paquistana) lo incluyó entre los setenta y seis traficantes de seres humanos más buscados de Paquistán. Este hecho estaba perfectamente publicado en su «Libro Rojo» y en su «web oficial». Cuatro meses antes del juicio, había sido declarado oficialmente como fugitivo, «en busca y captura» ¿Acaso todo esto no fue comprobado por la fiscalía y la Guardia Civil? No era nada complicado: bastaba con saber leer inglés. Precisamente su estatuto de testigo protegido otorgado por España facultó, encima, que dicha búsqueda fuera infructuosa. ¿Es que no se molestaron en averiguar su situación en Paquistán? Eso sería muy grave ¿O acaso ocultaron deliberadamente tal situación en el juicio? Eso sería gravísimo. Encima le encubrieron ante la policía de Paquistán que lo buscaba por tráfico de emigrantes.
Los abogados de los once condenados a partir del falso testimonio del testigo protegido han protestado, cómo no, porque esta información tan relevante no estuviera a disposición de la defensa, y señalan directamente a la responsabilidad de la Fiscalía. «Si hubiéramos conocido con qué organizaciones criminales trabajaba de verdad, y que no eran precisamente Al Caida, eso habría minado su credibilidad», explica el abogado Benet Salellas. «No sólo la credibilidad intrínseca de su relato, sino también la extrínseca, porque nos habría servido para ver que lo que él contaba, cuando era comprobable y se comprobaba, era falso», añade.
«Una cosa es ocultar la identidad del testigo, que hasta cierto punto es comprensible, y otra cosa es ocultar las circunstancias del testigo, lo cual no ocurre en ningún país civilizado”, añade el otro abogado, Jacobo Teijelo. «Saber que existe información relevante para la defensa y no comunicarla implica que no se respetó la norma del proceso debido, y eso habría echado abajo todo el procedimiento», añade. El fiscal González Mota, los jueces Gómez Bermúdez, Manuela Fernández de Prado y Javier Martínez Lázaro, y el Ministerio del Interior han declinado comentar estas nuevas informaciones.
Lo dicho: hemos tenido otro montaje infame del poder en España a costa de once personas en particular, a costa de los musulmanes en su conjunto y a costa de toda la población española en general para generar miedo y recelos entre unos y otros. Así operan estos poderes que presumen de «antirracistas» al tiempo que generan miedos y recelos interétnicos. No nos hagamos los tontos: todo esto, además de para sus sucias maniobras de contienda política-mediática, sirve al poder político y mediático para extender la sospecha sobre comunidades enteras. No son los grupos xenófobos los causantes del miedo y el odio al «diferente», sino el propio poder establecido que presume de democrático y defensor de la convivencia en libertad.
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LoboAzul
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Re: Atentado yihadista frustrado de Barcelona

Mensaje por LoboAzul »

Un blog paquistaní le da un repaso al asunto del intento de atentado con bomba en algunos transpotes públicos de Barcelona en 2008.

A Case Study of the January 2008 Suicide Bomb Plot in Barcelona

http://nasimworld.blogspot.com.es/
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