Yihadismo on-line, la nueva amenazaWalid Phares
-Licenciado en Derecho y Ciencias Políticas por las Universidades Jesuita y Libanesa
-Doctorado en Relaciones Internacionales y Estudios Estratégicos por la Universidad de Miami
-Director de la Fundación por un Líbano Libre y miembro del Middle East Forum
-Profesor de Estudios de Oriente Medio y experto en el islam político y la jihad.
La «Task Force on Future Terrorism» constituida por el Consejo Asesor del Departamento de Seguridad Nacional (HSAC) daba a conocer sus conclusiones este viernes en Washington, en presencia del Secretario de Seguridad Nacional, Michael Chertoff, los medios y demás líderes norteamericanos. En sus declaraciones, el presidente de la «Task Force», Lee Hamilton, decía que el grupo espera que al Qaida y los demás fundamentalistas islámicos continúen intentando atacar EE UU.
Afirma que las motivaciones detrás de estos ataques potenciales son «complejas» e incluyen ideologías integristas. Añadía que mientras que es imposible predecir con precisión, se han de tomar tres elementos en consideración: la directiva terrorista, la reforma económica y política del mundo musulmán, y los lugares de asilo tales como Pakistán. El Dr Frank Cilluffo, vicepresidente del grupo, afirmaba que «la radicalización en casa y en las prisiones es muy importante» en el crecimiento de la amenaza.
Los hallazgos, tal como se anunciaron, incluyen un amplio abanico de exámenes y recomendaciones. Es importante que la comunidad de expertos en contraterrorismo los revise y evalúe. Entre los puntos difundidos por el HSAC aparecen los siguientes temas vinculados a la guerra de ideas:
«Existen todo tipo de indicaciones de que la cifra y la magnitud de los ataques contra EE UU, sus intereses y sus aliados probablemente se incrementará». Sería importante que la comunidad del contraterrorismo pensase en trabajar en los parámetros de esta proyección: la práctica certidumbre de que se van a incrementar los ataques.
«La amenaza terrorista más significativa al territorio norteamericano y sus intereses en el extranjero es un movimiento cada vez más radical y fanático sostenido por una ideología yihadista-salafista».
Tal como era proyectado por la mayoría de los expertos en terrorismo, y en contra de las opiniones de la mayoría de los académicos de Oriente Medio, la confirmación de la ideología yihadista como raíz de «la amenaza terrorista más significativa para EE UU» es una declaración importante. Los expertos y los analistas deberían extender éste descubrimiento y establecer los diversos programas de cara a ilustrar los vínculos entre ideología y terror.
«Internet mejora todo el abanico de actividades terroristas (formación, selección de objetivos, planificación, ejecución y demás intercambios) y es una herramienta especialmente poderosa para extender su mensaje y reclutar y alistar miembros en las filas yihadistas». Tal descubrimiento debe ser tenido en cuenta, en especial por los tribunales que tratan con el terrorismo en los que los varios casos se han tambaleado en los últimos años a causa de la incapacidad del sistema judicial para absorber la verdadera amenaza del jihadismo online.
Los musulmanes americanos, observa el informe, están menos alienados que los musulmanes residentes en Europa Occidental, donde la amenaza en origen es significativa y creciente. Éste descubrimiento debería ser extendido y deberían dirigirse los análisis a comprender las tácticas utilizadas por los yihadistas para explotar «la alienación» en Europa y compararlas con las tácticas utilizadas por los integristas en EE UU para «generar» alienación, de modo que se puedan estudiar en el futuro. Combatir la radicalización en origen tiene que ser una de las principales prioridades del Departamento de Seguridad Nacional para comprender mejor el proceso de simpatizantes a activistas, pasando por terroristas. En otras palabras, el Departamento tiene que desarrollar una estrategia para hacer frente al proceso de formación de un terrorista, de partidario del yihadismo a miembro en activo, y con el tiempo, en verdugo del terror yihadista.
Recomendaría una nueva zona de investigación que he iniciado en el capítulo «La jihad mutante» de mi libro «La jihad del futuro». En pocas palabras: establecer un sistema que irrumpa el proceso yihadista en sus primeras etapas en lugar de plantar cara en las últimas.
«El Departamento de Seguridad Interior debería trabajar con expertos en la materia para garantizar que el léxico utilizado dentro de las declaraciones públicas es claro, preciso, y no juega malas pasadas en favor de los integristas». Esta última recomendación es la más delicada de todas. Los europeos han fracasado estrepitosamente a la hora de producir un léxico anti-yihad porque dependieron del consejo de académicos e investigadores que defienden «la inocencia» del yihadismo y proponen una dirección lingüística distinta para el léxico. El resultado: mayor fanatismo en Europa. Las proyecciones del Departamento de Seguridad Nacional han acertado al proyectar que el lenguaje es un punto crucial del problema. El próximo paso es garantizar que el léxico estará en línea con los descubrimientos estratégicos del informe, es decir, rechazar la lógica yihadista con la ayuda de un discurso democrático, secular y constitucional, sin incrementar la referencia a conceptos religiosos en respuesta al yihadismo religioso.