En efecto como ha dicho Esteban, cada caso y cada casa es un mundo diferente, totalmente diferente. El tema yugoslavo es muy complejo, con una unificación obligada en la primera mitad del siglo XX, y la costumbre posterior de tener un presidente vitalicio hasta la consecución de una presidencia colegiada, ...una unión a la fuerza que desencadenó en una guerra yugoslava que fue por barrios, a medida que algunos de los territorios pretendían proclamar su independencia. También hay que tener en cuenta la existencia de minorías étnicas de otro de los territorios vecinos en varios de esos territorios, con lo que el cóctel explosivo estaba servido. Todo lo demás lo conocemos.
En ese cóctel, es hasta fácil entender que una autonomía de Serbia desee la independencia, y tenga de hecho una mayoría independentista. La gran Serbia de Milosevic puede estar en mente aún para algunos serbios, pero no para su población en general, que en su momento tuvo que parar los pies al difunto gobernante cuando pretendía que quedasen anuladas las elecciones en las que salió triunfador Kostunika, de modo que se repitiera la primera vuelta (los propios policías y militares encargados de controlar la revuelta popular contra el tirano se sumaron a la misma quitándose los cascos y uniéndose al gentío que protestaba, logrando la retirada de Milosevic). Nada que ver con el asunto vasco, desde luego, ni atendiendo a la Historia objetivamente contada, ni atendiendo al porcentaje de ciudadanos que desean una independencia. No es comparable que una mayoría aplastante de ciudadanos (95%) desee una independencia del territiro en el que habitan, y que dado el historial de conflictos de la zona la ONU apadrine dicha independencia (como ya vino reconociendo con territorios que englobaban la antigua federación yugoslava aunque la novedad ahora sea que Kosovo disfrutaba de una autonomía dentro de Serbia), ... no es comparable repito, con la Historia del País Vasco, y con que los porcentajes de constitucionalistas y nacionalistas se acercan al 50-50 si bien hay una ligera mayoría nacionalista, pero con el matiz nuevamente de que entre los nacionalistas tampoco está claro cuál es el modelo político que se querría, de no ser el actual, y además está el asunto navarro y vasco francés.
Nada que ver una cosa con la otra, pero lo cierto es que el nacionalismo vasco toma una lectura de la noticia de Kosovo esperanzadora para hacer ver que es posible de alguna manera la conversión de regionalidades en nacionalidades en la Europa actual, y el Gobierno español ve en cambio un peligro en este tipo de casos, por si a alguien más que a los nacionalistas se les ocurre que son de aplicación en el estado español.
Y nada que ver tiene una cosa con la otra, Kosovo será independiente, y estará tutelado (lo cual será bueno para quitar las tensiones con la minoría serbia de Kosovo), y las corrientes más duras de Serbia, aquellas heredadas de Milosevic, sencillamente no interpondrán problemas a ello, porque quieren entrar en la UE, y porque no estamos como hace 20 años, época en la que el potencial militar Serbio habría pasado por encima de Kosovo aplastando lo que le viniera en gana, como solución a cualquier conflicto de esta naturaleza. Ya utilizó el ejército federal de toda Yugoslavia en su provecho en ese momento, pero ahora se la va a tener que envainar.
Respecto al tema vasco, esta tierra a veces quizá olvida la suerte que tiene de ser policultural, de ser vasca y española en similar medida, de haberse enriquecido tanto con la proliferación de la cultura euskaldun en libertad desde la transición, como de ser un referente de prestigio español y vasco antes del alzamiento militar de 1936, mucho antes, como de haber sido objeto de una importante inmigración desde otras regiones del estado en épocas en las que demandaba mano de obra para su floreciente industria. El País Vasco no es desde luego un lugar con un 95% de sentimiento independentista que se pueda parecer a un Kosovo, puede mejorar mucho su autonomía; para empezar podría haberla mejorado si las transferencias de competencias del Estatuto de Autonomía del País Vasco (Guernica) hubieran estado completadas al 100%, pero no se me ocurre que deba ser distinta la consideración andaluzespañola de Sevilla, que la gallegoespañola de La Coruña, que la catalanoespañola de Barcelona, que la vascoespañola de Bilbao.
Hay que j.derse con la chapa que os he metido