GUARDIA CIVIL - Grupo de Apoyo Operativo (GAO)

Subforo orientado a las estructuras de información y análisis dentro de la Guardia Civil y Cuerpo Nacional de Policía.
kilo009
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Mensaje por kilo009 »

Pero es que la culpa no la tiene el periodista. Suponiendo que todos los datos sean ciertos, y que ahí no haya una desinformación, que ya es mucho suponer, la culpa la tiene quien filtra esos datos, el supuesto Teniente. No se puede dar al periodista una información, y esperar que no la publique, lo mejor sería no dársela, o desinformarlo (una verdad a medias).

Por otro lado, quizás exista interés en esa filtración
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Zigor
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Mensaje por Zigor »

Puede existir interés en la filtración , desde luego. También, al igual que el artículo de la interviú esta semana la explicación sobre el tema viene supuestamente de alguien con 30 años de experiencia, que echa mano de antiguas fotos de compañeros y ve que le faltan 1, 3, ó 9 porque ETA los mató, y eso quema, y hace que la gente tenga que hablar de ciertas cosas, es lógico.

No se le va a dar ningún dato nuevo a la serpiente por lo que yo entiendo de todo ello, estoy convencido de que todos esos datos los tiene ó intuye el personal más cualificado de ETA. ETA es muy capaz de hacer daño y de mantener frentes abiertos con lo que su amenaza es muy extensa, pero lo que no puede ETA es controlarlo todo, es mantener con miedo a todos los diferentes colectivos de personas que tiene frente a sí, y MUCHO MENOS cuando su mayor preocupación es mirar su propio culo no sea que se le haya infiltrado alguien en él. Porque lo de Capbreton puede tener la explicación real que sea, que implicará un mayor grado de puñetera casualidad ó un mayor grado de elaboración en el asesinato de los dos guardias, pero la otra parte de la realidad es que a ETA le ha salido carísimo, tanto en el aspecto de reactivar algún punto más la lucha de Francia contra la serpiente, como en el de perder varias "cosas" en el camino de la huída del otro día.

Por cierto, el puente de la Constitución ha transcurrido sin atentado etarra alguno.

Respecto a lo de la desinformación que apuntas kilo009, es obvio, bastante obvio que en todo lo que se ha hablado estos días las autoridades han tirado algunos balones dentro y otros fuera, igual que por aquí en el foro, que entre tanta teoría, análisis, conjetura, comentario, hemos tirado algunos balones dentro, y otros muchos fuera.

Z.B.

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MrX
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Mensaje por MrX »

Ante todo parto de la premisa de que la información vertida en ese artículo ha sido dada al/la periodista de forma totalmente consciente por quien se la haya pasado y con el conocimiento y el permiso de los mandos competentes. Lo creo porque estoy convencido de la profesionalidad de los miembros de los CFSE. Por supuesto que siempre puede haber un "garbanzo negro", pero creo que esos casos son los menos habituales.

Respecto a los medios y a muchos periodistas... qué decir que no se sepa. Cualquier cosa puede ser carnaza para salir en portada.

MrX
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SR-71
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Mensaje por SR-71 »

Estando personas tan entregadas en ese cometido, es un tema que
debería de estar tan secreto como se merece. Solo llevado por la
GC y nada más, que para eso son los mejores profesionales de la
seguridad e investigación.

Coincido con Loopster.
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Pro-SIGC
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Mensaje por Pro-SIGC »

Hombre la GC realiza un trabajo impresionante contra Eta pero tambien el resto de policias, como bien se ha dicho en el foro la GC trabajo con tiempo y sin aparentes printas, de ahi que realizen operativos tan contundentes.
Mod. 1
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Mensaje por Mod. 1 »

Invi2 dijo:
Etarras en Francia, así los persigue la Guardia Civil


►“Búscate la vida”. “Según proceda”. Por 1.600 euros al mes, no más de 80 de dieta diaria para tres comidas y pensión, los guardias civiles Fernando Trapero y Raúl Centeno eran eslabones de una cadena ininterrumpida de agentes que han trabajado en el territorio más difícil, al norte de Intxaurrondo (sede de la comandancia de la Guardia Civil en Guipúzcoa), en la guarida francesa de ETA.

Trapero y Centeno eran especialistas de los Grupos de Apoyo Operativo (GAO) adscritos al Servicio de Información de la para grabar a un dirigente de ETA. Eran los continuadores de hombres y mujeres cuyos nombres nunca se conocerán porque trabajaban en el mayor sigilo, en el límite de lo legal. No volvieron vivos.

La operación en la que trabajaban estos agentes de 23 y 24 años cuando les arrebataron la vida era legal. Probablemente por eso no llevaban sus armas reglamentarias. Pero los procedimientos de seguridad y trabajo eran los mismos de hace treinta años, según fuentes no oficiales de la Guardia Civil.

El sur de Francia es uno de los destinos más peligrosos para un guardia, sobre todo si no es veterano en la lucha antiterrorista, porque, aunque hacía 31 años que ETA no atentaba contra agentes españoles en Francia, esa zona del país vecino sigue siendo el refugio preferido de los etarras. Un destino peligroso, de mucha tensión, y además, mal pagado. No es de extrañar que sólo los guardias más jóvenes, como Trapero y Centeno, cubran las plazas disponibles en los GAO. El lema entre las nuevas hornadas de guardias es “BLV”. “Búscate la vida. Y si consultas a los superiores, lo que te encuentras en la radio es un «actúe según proceda». Nada, que BLV es lo que hay”, explica un suboficial de una unidad operativa.

●“Están muertos; eran mis niños”

Para el suboficial de la Guardia Civil N.C., ex jefe de operativos antiterroristas en el sur de Francia, todo empezó en una academia de El Escorial. Todo acabó mirando cada día el bajo del coche, apretando los dientes cada vez que, con los niños en el asiento de atrás, giraba la llave de contacto. Entre medias hubo seis años de abnegación, sin la familia, horas de vigilancia, tiros y sangre. N.C. cierra los ojos y le viene a la mente la imagen y las palabras del teniente, sin piernas, con una enorme herida en el pecho, agonizante y sereno: “Cuidado, poco a poco para atrás, chicos, con cuidado, no perdáis la calma”. En medio, el norte, la comandancia de San Sebastián, Intxaurrondo, una de las sedes de la Unidad Antiterrorista que se infiltra por Francia en una lucha incansable, a vida o muerte contra ETA.

“No fue el peor año, pero casi”. N.C. acaba de pasar a la reserva como suboficial de la Guardia Civil después de más de treinta años de servicio. De ellos, seis al mando de la Unidad Antiterrorista de San Sebastián, en mitad de los años ochenta. Un atentado contra su coche, su foto en circulación, los años de servicio y la muerte de nueve de los 25 guardias de su unidad hizo que sus jefes se decidieran a mandarlo a la retaguardia, a formar más agentes para la lucha antiterrorista. Entonces se distinguían por la boina verde, “la de los GAR (Grupo Antiterrorista Rural). La mía era la sección operativa”, explica.

Ahora, entre los recuerdos, guarda una foto en la que se ve a un grupo de siete jóvenes riendo en la nieve, como un equipo de fútbol. “Todos están muertos –explica–. Eran mis niños, la gente que formaba y trabajaba conmigo”. Este veterano y condecorado agente tuvo suerte. Salió con vida y sin taras. No como el compañero que, ya en el nuevo destino de Canarias, se pegó un tiro en la sien. O como J.B.R., el agente que hoy está internado en un centro psiquiátrico de A Coruña como consecuencia del casi olvidado síndrome del Norte. N.C. sigue recordando ese síndrome y en parte lo revive al enterarse de la muerte de sus compañeros la semana pasada. “Son muy jóvenes. En la lucha antiterrorista la experiencia lo es todo –afirma–. Pero los veteranos ya estamos quemados. Muchos incluso aún peor. En cualquier caso, si te sorprenden no tienes nada que hacer. Si te han hecho una contravigilancia y te han pillado, como parece que le ha pasado a estos chicos, te pican el billete”.

La jornada laboral de los agentes españoles en Francia no dura ocho horas al día ni cinco días a las semana –se ha dado el caso de guardias de apoyo operativo que han llamado la atención de a sus colegas de la Gendarmería trabajando 69 días sin librar–, ni se hace con los medios deseables, pese a que la colaboración con la policía francesa es hoy más intensa que nunca. Según miembros del instituto armado con misiones en el sur de Francia hasta hace poco, los vehículos en los que pasan la frontera no siempre son los adecuados: “Algunos coches siguen llevando antenas de radio demasiado largas y los terroristas los conocen bien”. La situación ha cambiado, sin embargo: fuentes de los GAO explican que también usan coches alquilados en Francia o del departamento de Interior francés, con matrículas galas antiguas.

La unidad que mandó N.C. también se internó por el País Vasco francés, nunca sin armas. Y más de una vez tuvo que salir por piernas “por la muga, que me conozco mejor que la sierra de mi casa”, con la Gendarmería a la espalda. El currículo de este suboficial habla de 150 entradas en domicilios para detenciones. “Unas veces, pocas, estaban vacíos; otras entramos a tiros. Una vez nos pasamos cuatro horas de tiroteo”, explica. Pero no habla de incontables servicios sobre los que su discreción labrada a fuego no deja pasar más que detalles nimios. “Seguimientos, intervenciones, tiros, escoltas a personalidades, protección de reuniones”, todo esto en el país vecino.

Y sangre, sobre todo en España. Superviviente a una bomba que reventó su coche, a su conductor y a un compañero, no puede borrar ni un detalle de la agonía y muerte del teniente Ignacio Mateu (cuyo padre, magistrado, también fue asesinado por ETA en Madrid), sin piernas y pidiendo a su gente que no perdiera la calma. Sangre propia y ajena. Ninguno de los siete de la foto sobrevivió. Nueve funerales por miembros de su equipo caídos, innumerables de compañeros de Intxaurrondo y Bilbao. Los años más duros contra ETA. Y, cada vez que arrancaba el coche, incluso fuera del País Vasco, con la sensación de que en cualquier momento va a estallar, “que se va a acabar todo”. Así durante años.

Este experimentado suboficial ha formado a varias promociones de agentes antiterroristas. Muchos, en su opinión, muy buenos, aunque parece que ahora falta experiencia sobre el terreno. “Estos chicos, que debían de ser estupendos para estar ahí, eran demasiado jóvenes –opina N.C.–. Su trabajo era legal, como todo en lo que yo participé, pero sin armas vas vendido. Sorprendes a los malos, te ven, y ¿qué haces? Salir corriendo. Yo he tenido suerte de desengancharme de aquello, aunque he pasado tiempos muy malos, años saliendo del cuartel de noche, por una puerta falsa. Las matrículas las tienes que cambiar cada mes. No te fías de nadie, hay que ser muy sólido. Hay mucha gente, demasiada, que se ha quedado enganchada”.

La vida sigue corriendo. Las medallas rellenan la pechera de este enjuto y curtido suboficial de la Guardia Civil. Por cierto, ninguna de ellas con derecho a pensión. Pasó por la escolta del Rey, la del Papa en varias visitas a España, por las academias, el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) y la vida aún le reservaba un extraño zigzag. La causalidad lo puso en relación con alguien con antecedentes por pertenencia a ETA. “Las orejas se me pusieron tiesas en cuanto me enteré. Todas las alarmas se encendieron”, recuerda. Pero aquel tipo había cambiado y se ganó la confianza del antiguo jefe de operativos antiterroristas. “Ahora nos vemos y le doy un abrazo. Han muerto muchos compañeros, alguno en mis brazos, pero hay que mantener la cabeza fría”. En la última fiesta de la patrona de la Guardia Civil, el día del Pilar, N.C. no se puso las medallas.


●“Sólo se está en esto tres años”


Fernando Centeno y Raúl Trapero tuvieron que superar un durísimo curso de un año para entrar en los GAO. Fernando ingresó en el Cuerpo para “poder pertenecer a los servicios de inteligencia y luchar contra ETA –señala un guardia cercano a su familia–. Lo prefería a seguir los pasos de su padre, que está en Tráfico”.

La vida de un agente en Francia puede ser de una inusitada dureza: “Tienes que vivir tres semanas como un piojoso en un campin; o buscar trabajo para conseguir una cobertura; o estar una semana en la puerta de un bar para ver si aparece el tío de la foto; o desaparecer una semana para tu familia. Sólo se está en esto tres o cuatro años. Es para jóvenes, los casados no aguantan”, explica un guardia de los GAO.

Todos los que han pasado por este destino aseguran que la tensión es máxima. “Te sientes siempre perseguido. A veces no por etarras, sino hasta por policías municipales franceses o vecinos que recelan de que aparques o estés días en el mismo sitio”. “Nunca puedes dejar de hablar en francés, aunque lo hables fatal”, explica uno de estos guardias. Los etarras, que se mueven en pueblos donde, si no es verano, no se ve a un español, se fijan obsesivamente en ese detalle. La policía intervino hace unos años una conversación del sanguinario Francisco Javier García Gaztelu, Txapote: “Le contaba a un amigo –explica un agente que la pudo oír– que se mosqueó porque había visto al mismo tipo en varios locales. Para ver si era ‘txakurra’ (perro, en euskera) le preguntó en francés algo. Lo que dijo nos dejó helado: «Me contestó en francés perfecto; si lo llega a hacer en español lo mato allí mismo»”.

El sargento T.M., que sobrepasa los cincuenta años, se curtió a base de misiones en Francia y en Guipúzcoa contra ETA, en tiempos en que los guardias no contaban con la ayuda oficial del Gobierno francés. Natural de un pueblecito de Salamanca, hijo del cuerpo, recuerda lo que le recomendaba su padre, ya fallecido: “Tienes que andar con mucho ojo. Tus superiores nunca te van a contar toda la verdad”. T.M. ha seguido este consejo. Formó parte del Servicio de Información de la Guardia Civil en el País Vasco desde 1984 hasta 1994. Aunque tanto antes como ahora los agentes españoles no podían estar armados en el país vecino, este guardia se las ingenió para no ir desprotegido. “Estuve diez años entrando y saliendo de Francia y pocas veces no llevé un arma –relata T.M.–. Lógicamente yo pasaba la aduana limpio, y una vez dentro de Francia hay mafias que te proporcionan armas. Era de cajón: no se puede vigilar a terroristas, estar a su lado, y no ir protegido”.

En una ocasión, esta infracción le costó un buen disgusto. “Me pararon los gendarmes y me pillaron la ‘pipa’. Fui a parar directamente al calabozo por tenencia ilícita de armas. Hasta que comprobaron que era guardia civil y hablaron con mi superior no me soltaron. Me vino bien, porque hice amistad con un gendarme que más tarde me suministró información”.

Su etapa en Francia fue muy dura. Era cuando los muertos por asesinatos de ETA se contaban por cientos. T.M. recuerda que por entonces no existían acuerdos de cooperación entre Francia y España en materia de lucha antiterrorista, y los guardias civiles tenían que ingeniárselas para que sus misiones culminaran con éxito en un país que consideraba exiliados políticos a los miembros de ETA. “En aquellos años, en Francia muchos etarras tenían estatuto de refugiados; estaban legales, con carné de identidad como cualquier francés. Lo poco que nos decían los gendarmes era bajo cuerda –asegura T.M.–. Teníamos que hacer malabares para seguir a los sospechosos y fotografiarlos”.


●Colaboración policial

El caso Sokoa fue una de las primera colaboraciones hispano-francesas en la lucha antiterrorista y fue un éxito. En 1986, las policías francesa y española hallaron numerosa documentación de ETA en el edificio de la cooperativa Sokoa, creada para el montaje y comercialización de muebles españoles en Francia. T.M. participó en aquella operación. “Se demostró que cuando las policías de los dos países trabajan juntas, la cosa funciona, como ocurre en estos momentos”, opina el agente.

Este guardia salmantino recuerda hoy con una sonrisa sus peripecias en el sur de Francia. “Lo pasamos mal mis compañeros y yo. Regresábamos todas las noches al País Vasco, a dormir en el cuartel, porque con la dieta que nos pagaban debíamos costearnos un hostal y no daba para tanto”. Además de las cuestiones económicas, T.M. recuerda la dureza de la jornada laboral en territorio francés: “Teníamos que estar todo el santo día callejeando. Cuando, por fin, dábamos con los terroristas, teníamos que disimular todo lo posible. Fingíamos ser turistas españoles o fotógrafos. Pasábamos a Francia con coches españoles, con matrícula de Bilbao o de San Sebastián. Normalmente siempre íbamos tres o cuatro guardias en cada misión, para hacer contravigilancias” (medidas de observación que adoptan los policías para evitar que los descubran). Según el agente T.M., la experiencia en este tipo de operaciones es la clave. “No se puede mandar a Francia a dos ‘polillas’ recién salidos de la Academia, desprotegidos del todo”. Polillas llaman en el cuerpo a los guardias más jóvenes.

En cada operación contra ETA ha habido implicados polillas de los grupos de apoyo, los que más riesgo corren de ser sorprendidos, posiblemente en una contravigilancia de los terroristas, o al hablar español, lo cual, en el ambiente opresivo y de recelo en que viven es un pecado mortal. Fernando Trapero y Raúl Centeno fueron registrados, les quitaron material del coche y les dispararon dentro de él. De hecho, los casquillos estaban en el interior del vehículo. Uno de los tiros entró por la cabeza de uno de los agentes y le alcanzó una rodilla. Así acabó la carrera incipiente de dos guardias que no volvieron vivos de la boca del lobo, el destino más duro, al norte de Intxaurrondo.

●Las asociaciones de guardias piden armas para trabajar en Francia

En el País Vasco francés trabajan de manera intermitente unos 200 agentes españoles. La mitad son guardias civiles; el resto, policías nacionales (media sección de la Unidad Central de Información Interior) y agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI).

Los miembros de los Grupos de Apoyo Operativo (GAO), como Raúl Centeno y Fernando Trapero, prestan apoyo técnico en operaciones de las unidades de información contra el terrorismo. Su misión en el sur de Francia es seguir a sospechosos de pertenecer a ETA, constatar sus domicilios, fotografiarlos o grabarlos en vídeo, instalar aparatos de escucha o comprobar quién entra y sale de un determinado lugar.

En Francia, los guardias civiles hacen todo esto, pero sin llevar encima su arma reglamentaria. Lo tienen prohibido. Las asociaciones de guardias han pedido a Interior que a partir de ahora puedan ir armados en este tipo de operaciones en el país vecino. Para la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), la que cuenta con más asociados, es “imprescindible” que se aprenda del último asesinato de ETA: “Subsanemos los errores y hagamos las cosas mejor. Los agentes deben ir armados cuando trabajen en operaciones antiterroristas fuera de España”, dice Manuel del Álamo, su portavoz.

Para la Unión Profesional de Guardias Civiles (UPGC), este caso debe servir para “abrir los ojos a los mandos superiores de la Guardia Civil –sostiene Pedro García, su presidente– y que de una vez por todas se cambien los protocolos de seguridad. Algo se ha mejorado en treinta años, pero se debe dar un paso más y modernizar la seguridad”.

La situación de los GAO es más relajada cuando se tiene apoyo de unidades francesas. De hecho, en el caso de Raúl Centeno y Fernando Trapero, había colaboración gala: el coche que llevaban, un Peugeot , tenía matrícula camuflada del Ministerio del Interior francés. Para las grandes ocasiones se constituyen unidades mixtas, con coordinación en la sede regional de la Police Nationale en Bayona, donde trabajan a diario agentes españoles como si fuera un despacho más de su unidad. De hecho, las actuaciones de los años ochenta a espaldas de la policía gala están olvidadas: “Si pasa algo y no lo saben, estás en un gran lío”, asegura un agente de los GAO.


http://www.interviu.es

http://www.elfaroverde.com/modules.php? ... &sid=25467
Gracias, La Moderación
kilo009
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Mensaje por kilo009 »

El proximo Dia 17 de mayo en el Colegio de Guardias Jovenes "Duque de Ahumada" se descubrira una placa en memoria del Guardia Civil Fernando Trapero vilmente asesinado por ETA.
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Pro-SIGC
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Mensaje por Pro-SIGC »

Merecido homenaje aunque lo que mas deseo es que los compis de Raul y Fernando junto con UCE 1 y elos grupos de informacion del norte descabezen de una vez el Vizcaya, eso si seria un gran homenaje, sld2
kilo009
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Mensaje por kilo009 »

Los padres del Guardia Civil Fernando Trapero recibieron ayer la medalla de oro a título póstumo y el título de hijo predilecto de El Tiemblo (Ávila).

El presidente de las Cortes de Castilla y León, José Manuel Fernández Santiago:

-"Gracias en nombre de Castilla y León"

El alcalde de El Tiemblo, Rubén Rodríguez:

-"Nunca estaremos a la altura de quien ha dado la vida por todos los españoles"
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Navarro
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Mensaje por Navarro »

kilo009 escribió: -"Gracias en nombre de Castilla y León"
Gracias en nombre de todos los españoles de bién.

Un saludo a todo el mundo.
El sabio no dice lo que sabe y el necio no sabe lo que dice.
No puede morir esclavo quien ha combatido largo tiempo por la libertad.
E=extorsionadores T=terroristas A=asesinos.
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