Foro de Inteligencia, Espionaje y Servicios Secretos

Sí, lo del espíritu mesiánico sí lo tenía, y ambigüedad también, aunque lo que cuadra mal es que había perdido la confianza del rey porque ya tiempo antes había usado su nombre indebidamente para pedir el voto para AP. El golpe no triunfó porque se deshizo la falsa información de que el rey lo avalaba. Al final, pareció como si muchos, o todos, se movieran engañados por alguien. Guardias civiles al mando de Tejero se vieron engañados con que su operativo era de refuerzo de la defensa del parlamento ante una posible amenaza de ETA (eso me suena, años más tarde alguien quiso utilizar ese mismo método y le pillaron, en marzo de 2004), numerosos militares recibieron la consigna golpista en el nombre del Rey y por España, y muchos no necesitaban más que eso, pero cuando vieron que necesitaban escuchar la voz del rey directamente... Providencial también que las comunicaciones de la Casa Real y de Presidencia del Gobierno se hubieran visto recientemente reforzadas con un nuevo sistema adicional al telefónico convencional de la época.

Armada quizá cometió el error de pensar que jugaba en una división en la que no se pondría en evidencia, y se puso en evidencia con todo lo posible, pero su solución, mesiánica como habeis comentado, al mismo tiempo suponía un gobierno de concentración, no una mera dictadura militar. No obstante, aun yéndole a mirar defectos, le puedo sacar los varios mencionados, pero no precisamente el del rencor. Buscaba acercarse al rey de nuevo y era consciente de que aquello que el rey avalase saldría, porque los militares que aun seguían adorando a Franco adoraban a un muerto simplemente, y los que se habían visto decepcionados con el rey por no continuar exactamente la senda del franquismo, se sentían traicionados, se tenían que ir acostumrbando gradualmente a que la figura del rey se había convertido en querida para la gran mayoría de los españoles (el panorama es diferente hoy en día, con diversos episodios de desafecto que están más relacionados con su permanencia en la jefatura del estado por casi tanto tiempo como Franco estuvo que por otras cuestiones, y los cambios sientan bien, y encima cada tres décadas se suelen hacer hasta necesarios, porque si no algo huele por algún lado; podemos mirar en muchos sitios a ese respecto, gobiernos estatales o regionales, jefaturas de estado, presidencias de corporaciones...).

Conozco a uno de los nietos de Armada. Le he hablado de este Foro para que al menos lea lo que se escribe de su abuelo.

Armada tenía muy clara su implicación. ¿Por qué pidió permiso al Rey durante el juicio celebrado en Campamento para hablar de sus conversaciones privadas? Por eso mismo. Él sabía que nunca se le daría ese permiso pero que al mismo tiempo le serviría para justificarse. Nunca se le podría haber dado permiso pues eso hubiera supuesto que todo lo que hubiera dicho durante el juicio parecería avalado por el Rey (no se podría carear a ambos para saber la verdad ni para que el Rey diese su versión de las conversaciones) y al negársele el obtenía el efecto deseado, el de "algo se ocultaría" cuando no le dan permiso. Jugó sus cartas en un momento dado guiándose por su ambición. Perdió. Su silencio no es indicativo de nada, es como el de Tejero. No hablan porque son culpables. ¿Que pudo haber otros culpables? Seguro. Su silencio solo les honra como no delatores de terceros pero no como garantía ni de inocencia ni de que a todos los que apuntaran tienen por qué necesariamente ser tan culpables como lo fueron ellos. Descanse en paz, que sea la Historia la que le indique el lugar que ocupará.

Sí, culpables del golpe, cada uno en su medida, en efecto, creo que de eso no le cabe duda a nadie, por mi parte, y bien sabeis la alergia que me dan los fachas, estaba analizando otros aspectos, más humanos quizá. Cada uno tenía su papel, Armada el de la ambigüedad y el de tratar de invocar su cercanía con el rey, ese tipo de personaje que le da coba a todo el mundo, y que a veces resulta peligroso y traicionero, si bien no llego a ponerle a Armada en ese nivel. Tejero, obviamente, era el ariete del golpe, el morlaco dispuesto a reventar la puerta que sea por mayor gloria de España y aquel que se come los marrones de otros, porque responde al trapo. Estaba claro que a Tejero no hacía falta azuzarle mucho para que se tirara al ruedo (he conocido casos similares al de este hombre pero en el mundo abertzale, esos típicos que se tiran al encierro sin mirar, animados por otros, y luego se llevan la torta mientras los demás tratan de ponerse a salvo). Milans subido y prepotente, no le habría importado nada llevarse por delante a alguien, pero estaría también bastante engañado con respecto a lo del rey, y se dio cuenta tarde de la piedra que se comía. Pardo Zancada de seguidilla. Posiblemente ellos veían que era el ejército, mediante la fuerza y la represión, quien debía solucionar los asuntos que le iban saliendo a la joven democracia, y debía tutelar varios aspectos, para que las libertades no se convirtieran en lo que a su juicio eran excesos de libertades, para que ETA no creciese (se daba la paradoja de que ETA se estaba empezando a crecer más con la democracia que con la dictadura, porque de la limpieza realizada, resultaron quedar los más violentos en la banda, y para ellos también, como para los fachas, la democracia se les quedaba fuera de sus pretenciones y de su control, a unos les quedaba larga, y a otros les quedaba corta, y el proceso para acostumbrarse sería arduo.