http://www.abc.es/20071110/opinion-edit ... 00251.htmlEsta es también la cuarta cita para el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a quien, como representante de un país como España, le corresponde una responsabilidad especialísima para llevar a bien el desarrollo de estas cumbres. A España le hace falta desde hace tiempo un aliado estratégico en Iberoamérica, que debe ser el apoyo fundamental de nuestra política exterior en la región, y hasta ahora el Gobierno ha sido incapaz de encontrarlo porque tampoco ha sabido distinguir con claridad entre aquellos dirigentes que luchan por mantener a flote la democracia y los optan por acabar con ella a través de las tortuosas sendas del populismo y el indigenismo. Las apuestas sucesivas por Chávez o Evo Morales tenían mucho de admiración por modelos políticos trasnochados e imposibles y la de el brasileño Lula Da Silva, que sería la correcta, no se ha sabido concretar. En realidad, a Zapatero le gustan más los gestos como el que acaba de anunciar sobre la construcción de una base de ayuda de emergencia en Panamá, que las posiciones más comprometidas para defender las libertades y las inversiones que los empresarios españoles han llevado a cabo en los últimos años, arriesgando miles de millones de euros en favor del desarrollo de los países iberoamericanos, y que es lo que debería haber hecho ante las andanadas del presidente venezolano. Iberoamérica está dividida y eso es algo que no dejará de quedar reflejado en la Cumbre. Ante cuestiones como la disputa entre Argentina y Uruguay se puede intentar un esfuerzo negociador, como ha hecho el Rey. Ante las posiciones totalitarias como las de Chávez, lo único que se puede hacer es denunciarlas en nombre de la democracia y las libertades.
En cuanto a la disputa entre Argentina y Uruguay por la instalación de una fábrica de celulosa, el Rey se reunió con Cristina Fernández de Kirchner, presidenta electa en Argentina, que será quien tenga que lidiar con la crisis a partir del 10 de diciembre. Poco después, D. J. C. conversó con el presidente uruguayo.
El caso de Chávez no varía. En principio se despachó agusto sobre hacia la CEOE (a causa de una reunión paralela a la Cumbre, de su presidene, donde expresaba su preocupación por la situación de las inversiones en Venezuela, Bolivia y Ecuador) y a el ex-presidente Aznar (siempre por el supuesto intento de golpe de Estado en abril de 2002). El Gobierno expañol anunció su malestar por dichas declaraciones.
En cuanto a medidas que han trascendido, canjes de deuda, fondos millonarios y ayudas extraordinarias por valor de hasta 10.000 millones de euros:
-1500 millones de $ en los próximos 4 años para poner en marcha el Fondo Iberoamericano para el Acceso al Agua Potable.
-Base fija española en Panamá para ayuda de emergencias en casos de desastres naturales a toda Centroamérica. Tendríamos un hangar en el aeropuerto de Tocumen, con capacidada para 60 toneladas.
-Con los presidentes de Centroamérica se anunciaba un plan de seguridad en la zona, centrado en la lucha contra la violencia de género, juvenil y contra la impunidad, dotado con 12 millones de euros anuales en cuatro años, con un monto total de 60 millones de euros ampliables.
-España duplicará en cuatro años su partida presupuestaria al desarrollo en países pobres y de Iberoamérica, sumando aportes por 8.000 millones de euros. Paralelamente, promoverá el canje de deuda externa por acciones a favor de la equidad social.
-España reforzará su sistema consular en Quito.
-Repsol YPF y Telefónica: Respecto a Repsol YPF, Correa ha dicho que en ningún caso se ha cometido nacionalización alguna. Hace dos meses, Correa promulgaba un decreto que reducía las ganancias extraordinarias de la petrolera española del 50% al 1%. Horas después la empresa estatal de petróleo de Ecuador, Petroecuador, ratificaba que iniciará juicios coactivos en contra de Repsol a la que reclama una deuda de 2 millones de $ en concepto de pago de utilidades extraordinarias obtenidas de la venta de crudo. En el encuentro también hablaron de Telefónica. Correa aseguró que las inversiones de la empresa están siendo satisfactorias y que sus ganancias están aseguradas. Sin embargo, en unas semanas el Gobierno ecuatoriano se sentará con la compañía para renegociar los contratos.
Fuente: ABC, La Razón, El País y El Mundo.